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CRISIS EN EL CONO SUR

Respaldo total de Washington al Gobierno argentino

ENVIADO ESPECIAL, La democracia argentina y la gestión política y económica del presidente Carlos Saúl Menem recibieron ayer el espaldarazo total de Estados Unidos con un cordial abrazo de George Bush al mandatario argentino y la felicitación pública por "la rápida solución del conflicto militar" al comienzo de la visita oficial a Buenos Aires que inició ayer el presidente norteamericano. Bush llegó a la capital argentina 48 horas después producirse la sublevación militar de los carapintada, tras anunciar en Brasil el mismo día del levantamiento su decisión de no cancelar el viaje.

En todas sus intervenciones públicas, Bush no regateó elogios a la decidida actitud de defensa del poder constitucional civil y de las instituciones democráticas realizada por Menem en la última crisis militar vivida el lunes por la Argentina."Bajo el liderazgo del presidente Menem", dijo Bush, la Argentina ha tomado el camino de la restauración democrática, y precisamente esta semana ha demostrado que no permitirá un regreso de su país a la dictadura".

El decidido gesto de apoyo a la democracia argentina por parte de Bush contrasta con la ambigua actitud de Washington con motivo del intento de golpe de Estado del ex teniente coronel Antonio Tejero cuando calificó la asonada -de la que se cumplen en dos meses los 10 años- de "asunto interno de España".

La intentona militar y sus posibles consecuencias para el futuro democrático argentino motivó la cancelación de una manifestación de rechazo a la visita presidencial norteamericana, convocada por varias agrupaciones políticas, entre ellas el sector peronista opuesto a Menem, los radicales y el socialismo unificado. Sólo varios grupos de la izquierda radical decidieron mantener una marcha de protesta contra la presencia de Bush.

El clima reinante en Buenos Aires en las horas previas a la llegada de Bush fue resumido por Mariano Grondona, uno de los comentaristas políticos más; respetados en el país, con la siguiente explicación: "Los carapintada", declaró Grondona al Canal Siete de la televisión argentina, "le hicieron, sin saberlo, un favor a Bush". "Después del intento de golpe, el presidente norteamericano ya no viene a la Argentina como el representante de una potencia imperialista, sino como el jefe del Estado de un país democrático, que, en momentos difíciles, se ha solidarizado con la Argentina", añadió.

Bush es el primer presidente norteamericano que visita Buenos Aires desde hace 30 años, cuando el entonces presidente, Dwight D. Einsenhower, se entrevistó con el primer mandatario argentino, Arturo Frondizi, cuya política de liberación económica curiosamente está siendo aplicada tres décadas después por el actual titular de la Casa Rosada.

El presidente norteamericano fue recibido por Menem a su llegada, en medio de un impresionante dispositivo de seguridad, al aeropuerto nacional de Aeroparque, situado en pleno centro de Buenos Aires. Bush voló desde Montevideo al aeropuerto internacional de Ezeiza a bordo del Air Force One, y allí se trasladó en su propio helicóptero, el Marine One, al Aeroparque, donde no pueden aterrizar aviones del tamaño del Boeing 747 presidencial.

Momentos antes del aterrizaje del Marine One, un helicóptero idéntico al utilizado por Bush , escoltado por otros cinco helicópteros del Ejército de Estados Unidos, se posaron en las pistas del aeropuerto nacional bonaerense y, tras comprobar la normalidad existente, dieron la luz verde al piloto presidencial para aterrizar.

El programa de Bush en Buenos Aires, tercera etapa de su gira de una semana por cinco países latinoamericanos, siguió la misma pauta de las etapas anteriores en Brasilia y Montevideo. Después de colocar una corona de flores en el monumento ante el general José San Martín, artífice de la independencia argentina, Bush y Menem se reunieron en privado en la Casa Rosada antes de ofrecer una rueda de prensa conjunta. Por la tarde, Bush explicó su Iniciativa de las Américas ante una sesión conjunta de las dos Cámaras del Congreso argentino.

Los miembros del Gobierno de Menem no ocultaron su satisfacción por la decisión de Bush de no cancelar la etapa argentina de su viaje, que el ministro de Asuntos Exteriores, Domingo Cavallo, calificó de "evento histórico". Coincidiendo con la visita, el ministro de Economía argentino, Entonio Erman González, firmó ayer por la tarde un acuerdo con el secretario del Tesoro norteamericano, Nichollas Brady, un acuerdo de refinanciación de la deuda argentina con el Eximbank de Estados Unidos. El acuerdo prevé la refinanciación a 10 años, con un periodo de seis de gracia, de la deuda de 650 millones de dólares con el Eximbank y de otros 50 millones con la Agencia Internacional para el Desarrollo.

Nuevos créditos

El acuerdo permitirá la apertura a Argentina de nuevas líneas de crédito para la importación de bienes de capital. El total del endeudamiento exterior argentino asciende a más de 60.000 millones de dólares, adeudados en su gran mayoría, como ocurre con el resto de los países latinoamericanos, con los bancos de EE UU.

El plan de liberación económica, sorprendentemente puesto en vigor por un nacionalista peronista como Menem, ha consiguido reducir la inflación de una tasa mensual el 200% hace solo unos meses a una tasa de sólo el 6,2% en noviembre y una esperanza de inflación todavía. menor en el mes actual. Sin embargo, el coste de la vida acumulado desde enero asciende al 1.279%.

Durante su entrevista privada en la Casa Rosada, los dos presidentes discutieron, entre otros temas, la situación en el Golfo y la Iniciativa de las Américas, el proyecto enunciado el pasado junio por Bush para establecer una zona de libre comercio hemisférica que abarque desde Alaska a Tierra del Fuego. En el tema del Golfo, George Bush encontró en Carlos Menem al líder latinoamericano más favorable a su política frente Irak. Argentina, por decisión personal de su presidente, es el único país iberoamericano que ha contribuido con efectivos militares, dos unidades navales, al despliegue militar en el Golfo.

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