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LA CRISIS EN EL CONO SUR

Menem no excluye la pena de muerte para los sublevados

La pena de muerte para los militares argentinos que se sublevaron el lunes podría aplicarse, al menos en teoría, si la justicia militar considerase que los detenidos son reos de amotinamiento. El presidente Carlos Menem no excluyó esta posibilidad en la conferencia de prensa que se celebró ayer apenas unos minutos después de la rendición de los rebeldes que habían ocupado la sede del Estado Mayor del Ejército durante 18 horas.

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Ante una pregunta sobre la posibilidad de la pena de muerte para los carapintada que se sublevaron, Menem contestó: "El código de justicia militar contempla esa posibilidad de acuerdo a la calificación de los hechos, que son de dominio público. Para nosotros, entre las penas que pueden ser aplicadas en el delito de rebelión está la pena de muerte".En la misma conferencia de prensa el presidente argentino aseguró que los sucesos del lunes no le habían hecho cambiar de opinión sobre el indulto que piensa conceder a los comandantes condenados por sus crímenes durante la pasada dictadura. "Con toda certeza, seguridad y reflexión le quiero decir que sí, que hay indulto antes de fin de año", dijo Menem.

Indulto para los comandantes

El presidente argentino anunciará el indulto para esos militares el día de Nochebuena y lo hará desde su provincia natal -La Rioja-, a la que Menem acudirá para celebrar las fiestas, según informaciones obtenidas por Carlos Ares.

Al día siguiente de la crisis militar no habia todavía claridad sobre el número total de víctimas, al menos 12. Con certeza murieron tres militares leales en la toma del regimiento de Patricios, en Palermo.

Un coronel rebelde apareció muerto, aparentemente como consecuencia de un suicidio, en el interior de un carro blindado en la ciudad de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires. Otro carapintada murió en el edificio Libertador, sede del Estado Mayor del Ejércílto.

En el edificio de la Prefectura Naval, en el puerto de Buenos Aires, murieron otros dos rebeldes. Cinco civiles murieron en un autobús urbano, arrollado por uno de los carros blindados rebeldes que intentaba entrar en la capital.

Cuatro periodistas que cubrían los sucesos recibieron heridas de bala. La cobertura informativa de las cadenas de radio y televisión argentina fue excelente. Permanentemente cuatro cadenas de televisión informaron en vivo y sin parar de lo que acontecía, con imágenes de gran dramatismo en ocasiones.

Según unas declaraciones que la prensa atribuye al ministro de Defensa, Humberto Romero, el coronel Mohamed Alí Seineldín, cabecilla de los carapintada, que se encuentra detenido en San Martín de los Andes, a 1.500 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, pidió una pistola para suicidarse ante la situación planteada por sus seguidores.

Cuando los últimos carapintada detenidos eran conducidos a los camiones militares, que habían resistido hasta poco antes de las nueve de la noche del lunes, hora local (medianoche, hora peninsular española), grupos de civiles congregados en la calle empezaron a corear "Hi-jos-de-puta; hi-jos-de-puta". Siguieron, con el mismo soniquete que se corea en los campos de fútbol: "¡Y Menem los cagó, y Menem los cagó!".

Estos gritos eran expresión de la indignación popular ante los repetidos episodios protagonizados por los carapintada.

El Senado aprobó la decisión del Poder Ejecutivo de decretar el estado de sitio en todo el territorio nacional, aunque el plazo ha quedado reducido a 60 días. Y parece posible que esta misma semana quede derogado.

"Se acabó la tolerancia"

Menem condujo la primera crisis militar de su mandato con mano firme. "Se acabó la leche de la tolerancia. Los voy a a aniquilar" es una frase que el diario conservador La Nación pone entrecomillada en boca del presidente argentino. El mismo periódico titula en primera página una de sus crónicas con una frase del teniente general Martín Bonnet jefe del Estado Mayor del Ejército: "Quiero que se rindan en calzoncillos".

Bonnet ordenó colocar a los detenidos en ropa interior "con las manos en la nuca y descalzos". La firmeza en la represión no dejó dudas. Con blindados y morteros se acabó la resistencia del cuartel de Infantería de Patricios.

La Aviación bombardeó los carros de combate que desde la provincia de Entre Ríos trataban de acercarse a la capital. Alguno quedó destruido.y otros quedaron abandonados ante la huida de los rebeldes. Los vuelos rasantes de aviones de la Marina y la Fuerza Aérea disuadieron de resistir a los últimos carapintada que resistían en la sede del Ejército, a poca distancia de la Casa Rosada, sede del Gobierno. La resolución rápida de la crisis permitió a Menem asegurar que la visita del presidente de Estados Unidos, George Bush. que tiene prevista su llegada hoy, a Buenos Aires, se cumplirá tal y como estaba previsto. En la conferencia de prensa Menem se presentó seguro y contundente en sus respuestas. Aseguró que "al presidente no le va a temblar el pulso" a la hora de aplicar las penas que establezcan los jueces y aseguró que a estos elementos hay que "erradicarlos definitivamente" del Ejército.

También dijo Menem que lo ocurrido era un "intento de golpe de Estado. Era terminar con el régimen constitucional, volver a las andadas, a lo que tanto daño le hizo a la República Argentina".

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