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DÍA MUNDIAL DEL SIDA

Convivencia sin miedo

Comer en el mismo plato, darse la mano, besarse, compartir vasos, cubiertos, toallas o sanitarios no supone, entre otros muchos actos cotidianos, ningún riesgo de transmisión del virus del sida. Esta afirmación, recogida en todas las campañas de prevención e información a la población, está avalada y contrastada por el resultado de varias investigaciones.Una de ellas, realizada en Estados Unidos, estudió a 206 personas -principalmente hijos, padres y hermanos- que convivían con 90 enfermos de sida: no se encontró ninguna señal de infección tras dos años de contacto. El estudio, recogido por Pilar Estébanez en el informe presentado en las jornadas Mujer y sida, señala que la mayoría de los contactos tuvieron lugar antes de diagnosticarse el sida y, por tanto, no se habían tomado medidas preventivas especiales.

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En un estudio previo, realizado por los mismos autores, en el que se evaluaban otros 101 casos, se encontró que sólo uno de los familiares tenía anticuerpos del virus VIH. Este contagio se debía, con toda probabiidad, a una transmisión perinatal (de madre a hijo antes del parto o durante la lactancia).

"Estos resultados han sido confirmados por otros cuatro estudios", afirma Estébanez. Y en referencia al peligro de la leche materna, señala que "se ha concluido que el pequeño riesgo que corre el niño está más que conpensado por los beneficios de la lactancia natural, al menos en los países en vías de desarrollo".

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