"Que vuelva el zar"
En esta marejada de angustia que hoy es Bulgaria son cada vez más los que depositan sus esperanzas en un hombre que vive en España y que tras más de 40 años de ser demonizado por la propaganda comunista es la personalidad que con mayor respeto y prestigio cuenta entre los búlgaros."Bog-zar-otechestvo". "Dios, zar, patria". Los carteles con este lema se encuentran junto al antiguo Palacio Real, frente al mausoleo del padre de la patria comunista, Georgi Dimitrov. Este se halla ya vacío, cubierto de pintadas anticomunistas, y probablemente será derribado pronto si no se le encuentra algún fin razonable.
El sentimiento monárquico ha ganado vertiginosamente adeptos con la certeza de que ni el Gobierno ni la oposición pueden sacar a Bulgaria de la crisis institucional, política, económica y moral en que se encuentra. "Queremos a nuestro rey Simeón", rezan otras pancartas y pasquines que muestran a la pareja real sentados en un sillón, probablemente en su domicilio en la avenida del Valle, en Madrid.
"No todos los que quieren que vuelva el zar son monárquicos. Algunos siguen creyendo que la república es la mejor forma de Estado pero consideran que Simeón es la persona idónea para dirigir los cambios hacia la democracia", dice Radi, un joven estudiante en huelga que se declara monárquico. "El es una persona formada que está por encima de la miseria en que este país se ha movido en las últimas cuatro décadas. Bulgaria necesita una conciencia, y él puede serlo. Él podría unirnos a Europa y acabar con el comunista que todos llevamos dentro".
Líderes sindicales, políticos y miembros del actual Gobierno buscan contacto con el rey Simeón en Madrid, e incluso en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Sofía se habla ya "de su majestad el zar Simeón". Konstantin Trenchev, el máximo dirigente del sindicato Podkrepa que hizo ayer caer al gobierno socialista es un monárquico fervoroso.
"Cuando vuelva el zar seremos un millón o muchos más los que iremos a recibirle al aeropuerto", dice Spas, mientras se santigua tres veces, según el rito ortodoxo. "Ustedes no querían un rey antes y fíjese lo que ha hecho Juan Carlos, compare ahora Bulgaria y España. Simeón debe hacer aquí lo que su rey hizo allí. Si va a Madrid dígale que venga. Que vuelva el zar!".
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