Holanda prepara un impuesto para aminorar la contaminación en las autopistas

A partir de 1992, y si el Consejo de Ministros holandés lo aprueba, los automovilistas que viajen por las autopistas del oeste del país en las horas punta, esto es entre las 6.30 y las 9.30, abonarán 600 florines anuales (unas 33.000 pesetas) en concepto de recargo sobre el impuesto de circulación. Con este plan, Hanja Mali-Weggen, ministra de Transportes y Obras Públicas espera reducir hasta Un 15%, las actuales aglomeraciones viarias.

El oeste de Holanda forma una conurbación denominada Randstad, que engloba las grandes capitales y ciudades como Amsterdam, La Haya, Rotterdam y Utrech. La zona es la más castigada por la contaminación derivada de los vehículos y ahí su elección para introducir el nuevo impuesto. Con éste, la ministra espera obtener al año unos ingresos cercanos a los 720 millones de florines (casi 40.000 millones de pesetas), que le permitirían financiar un ambicioso proyecto que prima los transportes públicos y relega la construcción de nuevas carreteras.

Para evitar fraudes, Maij-Weggen ha previsto también un sistema de control viario por televisión. De este modo, la matrícula del coche podría ser fotografiada. Luego, el conductor recibiría en su domicilio una circular con la cantidad a abonar. La ministra tratará de impedir que los automovilistas eludan el impuesto escogiendo carreteras secundarias para llegar a su destino.