El episcopado fija en un informe su estrategia para que los medios reflejen su "cara buena"
La cúpula del episcopado está preocupado por la imagen que los medios de comunicación dan de la Iglesia. Por ella, bajo los auspicios del secretario de la Conferencia Episcopal, Agustín García Gasco, se ha elaborado un documento interno de trabajo sobre la estrategia a seguir para que prensa, radio y televisión muestren lo que en el texto se califica de "cara buena" de la Iglesia.
Esta estrategia prevé encuentros frecuentes con directores de medios de comunicación y tiene como objetivo mitigar los efectos de estos medios, a los que define como "los principales transmisores de una cultura postcristiana y secularizada, despojada de valores humanos, éticos y morales, que está contribuyendo a que lo eclesial y lo católico tengan mala prensa".El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, propone que en temas. que no son puramente eclesiales, como "educación, justicia, aborto, derechos humanos, televisión, libertades o terrorismo, es necesario que la Iglesia tenga dispuesta una batería de personas con nombres y apellidos, a los que un aparato de comunicación pueda movilizar en cualquier momento para dar respuesta, masiva o de calidad, a una campaña o a un medio de comunicación, sin que necesariamente esa voz sea la voz de la Iglesia como institución o la Iglesia como jerarquía".
En esa estrategia no pueden quedar al margen los líderes de opinión". "El presidente y el obispo secretario del episcopado deberían frecuentar los contactos con los directores de los principales medios de comunicación de manera normal; sólo se interesa uno por lo que conoce", se afirma. En ese documento se enfatiza en la necesidad de organizar una cadena de opinión, ya que la Iglesia "no tiene que dar permanentemente la cara en todos los temas; incluso en ocasiones puede ser inconveniente hacerlo".
Con el fin de conseguir los mejores resultados para esta estrategia, el texto también propone la creación de un comité asesor de información, "formado por tres o cuatro periodistas que se reunirá una vez al mes, salvo en circunstancias especiales, y del que también formarán parte otras tres o cuatro personas -sacerdotes y/o seglares- designados por el obispo secretario general", que será la persona a quien asesorarán.
"Ni la composición, ni sus reuniones [las del comité asesor] deberían ser públicas; no es un órgano de gobierno, sino de consulta y asesoramiento", concluye al respecto el informe. Para culminar esa reorganización que se ha abierto tras la destitución el pasado verano de Joaquín Luis Ortega como vicesecretario de Información de la Conferencia Episcopal, el documento propone la elección de un director de la oficina de prensa.
En el proyecto de nuevo organigrama la autoridad de la relación con los medios recae sobre el obispo secretario del episcopado, quien "dará el visto bueno a las directrices, estrategias e informaciones que salgan del servicio de información".
PSOE y poder enemigo
Este informe recibió críticas de numerosos obispos en la reunión de la Comisión Permamente del episcopado celebrada hace dos semanas. Algunos prelados no han visto con buenos ojos la destitución del hasta entonces portavoz del episcopado, Joaquín Luis Ortega, medida decidida por el obispo secretario.El texto en el que se aborda la estrategia comienza con un análisis de la situación actual. "No es aventurado afirmar que el partido hoy en el poder, con su sentido laicista y pragmático de la sociedad y de la vida, manifiesta una clara aversión hacia la Iglesia, a la que, en el fondo, sigue considerando como un poder enemigo", dice el texto. Este es el mismo diagnóstico que el manifestado por el presidente del episcopado, cardenal Ángel Suquía, en el discurso de inauguración de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, el pasado lunes.
La tesis del cardenal coincide plenamente con la del documento, cuando éste afirma que la política del Gobierno "no sólo trata de imponer sus tesis -aborto, enseñanza, financiación [de la Iglesia]-, sino de enfrentar a la sociedad con la Iglesia, o de crear un clima de rechazo hacia la Iglesia católica, para lo que no duda en utilizar los medios de comunicación sobre los que tiene poder absoluto: RNE, TVE o bien aquellos otros sobre los que influye indirectamente".
Por ello, la jerarquía se plantea hacer todos "los esfuerzos posibles por lograr una información objetiva", que "aproveche la noticia para formar la conciencia moral y socialmente". Hay, de acuerdo con el informe, que "perder el miedo a los periodistas que "no muerden" pero para ello "hay que prepararse".
La estrategia expuesta en el documento prevé la participación de los llamados "colaboradores voluntarios", "periodistas que, teniendo espacios o responsabilidades en algún medio de comunicación, deseen colaborar con la imagen de la Iglesia y el modelo de hombre que deseamos conseguir". Estos colaboradores "tratarán de hacer reportajes y entrevistas, para prensa, radio y televisión, en los que. aparezca de manera profesional y aséptica la 'cara buena' de la Iglesia".
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