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LA TEMPORADA DE 1990 EN MADRID

Cuatro diestros salieron por la puerta grande

Más de 100 matadores torearon en Las Ventas, y sólo 20 cortaron oreja

"¡Fuera los Lozano!", gritó parte de] público al concluir la feria de San Isidro de 1990, evidentemente descontenta con la gestión de estos taurinos, primerizos en su calidad de empresarios de la plaza de Las Ventas. La protesta se repitió algunas veces a lo largo de la temporada, y solía ocurrir cuando saltaban a la arena toros o novillos aquejados de invalidez. La afición madrileña presta atención especial al toro, su trapío, su integridad física y su bravura, y cuando aparece en el ruedo sin estas características, se lo toma a ofensa personal.La exigencia, respecto al toro y también respecto a la ortodoxia del toreo, es lo que distingue a la afición madrileña del resto de los públicos. Por eso es tan difícil triunfar en Madrid. Por eso, quizá -y no por culpa de los empresarios-, el balance de trofeos para sido tan exiguo esta temporada (y las anteriores), en pro porción con el número de reses lidiadas -más de 400- y el número de espadas que actuaron una o más tardes en Las Ventas a lo largo del año: 102.

Comparativamente con los demás cosos, el resultado artístico de la temporada madrileña es llamativamente pobre, pero eso no quiere decir que la calidad sustantiva del toro y el toreo que se vio en el coso venteño, fuera inferior. Simplemente, la afición de Madrid exige mucho más, y por tal motivo, muchas de las 53 reses que fueron devueltas al corral, en otras plazas se habrían lidiado sin mayores problemas; muchas faenas que en Las Ventas no merecieron, ni siquiera, el premio de la vuelta al ruedo, en otras plazas habrían sido galardonadas con trofeos.

Prácticamente todas las figuras, con las excepciones de Litri, Aparicio y Jesulín de Ubrique -que prefirieron no acudir a Madrid- y de Joselito -que no llegó a un acuerdo con la empresa-, torearon en Las Ventas, y respecto a los ganaderos, también los más importantes enviaron a dicho coso sus reses, con la salvedad de miuras y victorinos.

El gran número de novilleros debutantes plantea la disyuntiva de si en Madrid sólo tienen cabida los toreros consagrados o debe servir también para dar oportunidades a los principiantes. Los aficionados parecen inclinarse por la primera opción, pero los dos únicos novilleros que salieron a hombros por la puerta grande -Manuel Caballero y Cristo González- acababan de presentarse en Madrid, y los dos únicos matadores que obtuvieron dicho honor, Lozano y Cámara, tenían recientes la alternativa y la confirmación de su doctorado, respectivamente.

Los cuadros adjuntos ofrecen la relación alfabética de toreros y ganaderías que comparecieron en Madrid. Su resumen básico ofrece los siguientes balances:

Matadores de toros: 61 (el de más actuaciones, con seis, Roberto Domínguez). Confirmaciones de alternativa: 9. Alternativas: 1. A hombros por la puerta grande: 2. Orejas: 14. Vueltas al ruedo: 9. Avisos: 33. Heridos: 4. Los más graves, Lucio Sandín y Niño de la Taurina.

Novilleros: 41 (los de más actuaciones, con cinco, Manuel Caballero, Cristo González y Mariano Jiménez). Debú: 27. A hombros por la puerta grande: 2. Orejas: 10. Vueltas al ruedo: 12. Avisos: 21. Heridos: 3.

Toros. Ganaderías: 5 7. Lidiados: 272. Devueltos al corral: 39.

Novillos. Ganaderías: 26. Lidiados: 143. Devueltos: 14.

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