Un liberal en el Golfo
Alain Finklelkraut parece culturalmente poco amigo de la influencia norteamericana, pero en lo tocante a sus secuelas políticas y militares aboga por la mayor solidez en el bloque euro-americano. No cree que haya "intervención occidental en el Golfo" sino justificada reacción a la invasión iraquí del emirato de Kuwait. "Ver el conflicto con Irak como una faceta del enfrentamiento Norte-Sur es algo delirante, que exime a Bagdad de todo crimen. Jamás se había visto nada parecido a lo que ha hecho el presidente iraquí Sadam Husein: la absorción de un Estado soberano. Se dice que Israel se ha anexionado los territorios ocupados, pero es falso. Se ha anexionado Jerusalén Este, y las colinas del Golán, pero no es lo mismo tomar unas montañas que un Estado. Israel jamás se ha anexionado Siria o Jordania, o ningún otro país legalmente existente, y si hubiera hecho algo parecido imaginemos el tumulto que se habría formado".
El filósofo francés, con todo, no quiere que se le malinterprete. Su nombre está claramente inscrito en la nómina liberal de la diáspora. "No soy en absoluto favorable al mantenimiento de la ocupación de los territorios árabes", y sí de la devolución de estos territorios con una solución que excluya la anexión en cualquier caso". En esta fina línea del liberalismo mayormente ashkenazi, Finklelkraut teme más que propone: "Estoy convencido de la extrema dificultad que supondría la creación de un Estado palestino, a uno y otro lado del Estado israelí, Gaza y la Cisjordania unidos por un estrecho corredor. No veo ejemplo histórico de nada igual, ni de una coexistencia pacífica de dos Estados con geografía tan abrupta".
La gran tragedia y, aunque no lo diga, para Finklelkraut la gran superioridad de Israel sobre el mundo árabe es la de su diferente capacidad de movilización ante causas ajenas. "Jamás se ha visto a un intelectual árabe movilizarse por una causa no árabe. Se acusa a los judíos de etnocéntricos, pero no es verdad. Cuando ha habido que defender la libertad, sea en Budapest, Praga o el Kurdistán, los intelectuales judíos se han movilizado. Los árabes jamás lo han hecho y eso es una catástrofe para todos".
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