Gorbachov advierte que Europa retrocederá a sus años más oscuros si no se ayuda al Este

Nunca un entierro fue tan agridulce. La guerra fría, que durante cerca de 45 años mantuvo a Europa dividida en dos mitades aparentemente irreconciliables, fue sepultada ayer en París por los jefes de Estado o de Gobierno de los 34 países que hace tres lustros dieron a luz en Helsinki la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Pero, como advirtió el presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, Europa volverá a sus años más negros si Occidente deja en la cuneta a su país y a los de Europa oriental.

El feliz reencuentro de los europeos se ve empañado por la aguda crisis que sacude a los países que acaban de liberarse de los regímenes comunistas, y muy especialmente por el caos que se cierne sobre la Unión Soviética. "Amplias regiones del continente corren el peligro de la balcanización o, incluso peor, la libanización", advirtió con tintes dramáticos el líder soviético."Europa está entrando en aguas desconocidas", recordó a su vez el presidente de Estados Unidos, George Bush, quien ve en la CSCE el mejor instrumento para ayudarla a navegar sin perder el rumbo. "Nuevas estructuras e instituciones son la única forma de evitar una catástrofe que haría retroceder a Europa hacia su pasado más oscuro", había advertido Gorbachov.

La inauguración de la cumbre de la CSCE se vio precedida por la firma de un trascendental acuerdo para reducir drásticamente las armas convencionales en el escenario europeo. Los 16 países de la Alianza Atlántica hicieron ayer las paces con los seis miembros del ya moribundo Pacto de Varsovia y se comprometieron a crear una zona de seguridad entre el Atlántico y los Urales. Los otros 12 Estados miembros de la CSCE, todos ellos neutrales, sirvieron de testigos de excepción del histórico acuerdo.

El mundo, como dijo Gorbachov, es cualitativamente otro. Y la perestroika por él impulsada es uno de los responsables. "Nos hemos abierto al mundo y el mundo a nosotros. Hemos abandonado el totalitarismo y caminamos hacia una sociedad abierta y democrática", recalcó el presidente de la URSS.

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