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Miles de seguidores rinden homenaje a los jesuitas asesinados en El Salvador

Antonio Caño

Un año después de su muerte, Ignacio Ellacuría no es sólo el nombre de un pueblo con el que los salvadoreños han querido recordar al hombre que dio su vida por la convivencia pacífica. Miles de sus seguidores rendirán hoy homenaje a Ellacuría y sus cinco compañeros asesinados mientras el jesuita Jon Sobrino denuncia "una conspiración de silencio" en el ejército salvadoreño para proteger a los culpables.

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Ese pequeño pueblo de Ignacio Ellacuría, situado en el departamento de Chalatenango, escenario repetido de combates durante los 10 años de guerra civil, es sólo una muestra de que el espíritu del cura de Portugalete sigue vivo, dicen los jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).Ese pueblo fue el primer lugar visitado por la delegación del gobierno español, presidida por el subsecretario de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, que ayer llegó a El Salvador. En las proximidades hay otra pequeña aldea a la que se ha puesto el nombre de Ignacio Martín Baró, y un poco más lejos, en el departamento de Morazán -también tierra de guerrilla y de pobreza-, se ha dado el nombre de Segundo Montes a un pueblo de 8.000 habitantes.

Muy pronto las otras tres víctimas -Armando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López- de la matanza ocurrida el 16 de noviembre de 1989 tendrán también homenajes similares. Si estos seis jesuitas fueron en vida un castigo permanente para la conciencia de los asesinos, muertos lo son tal vez mucho más. Los jesuitas de la UCA están satisfechos de que la muerte de sus compañeros haya servido para sensibilizar a Estados Unidos y a Europa sobre la situación en El Salvador, pero insisten en que este crimen es uno más de una larga lista de asesinatos.

"Esto empezó hace 15 años", dice Jon Sobrino. "No se tratade que han matado a seis jesuitas: han matado a 75.000. No es un año de impunidad, son 15 años de total impunidad. Yo quisiera que los gobiernos llamados democráticos de Europa, donde celebran el triunfo de la democracia y de la unidad de Europa y de la libertad de Europa... A ver cuando los Gobiernos y las Universidades y las Iglesias de Europa caen en la cuenta de que aquí han estado matando durante 15 años. Dentro de esa impunidad, el asesinato de los jesuitas es un caso más".

Pero un caso en cuya investigación los jesuitas están decidídos a llegar hasta el final. "No tenemos pruebas", dice el provincial de la Compañía de Jesús, José María Tojeira, "para demostrar que hay cuatro o cinco coroneles detrás de Benavides [el único oficial de alta graduación detenido hasta el momento], pero sí hay indicios racionales que exigirían una investigación interna en la Fuerza Armada".

"Hasta este momento", añade, "los militares se han resistido a hacer una investigación interna. Ni siquiera tienen una explicación coherente de todos los datos que existen en el juicio, donde altos jefes militares se contradicen unos a otros en puntos importantes. Por ejemplo, hay jefes militares, como Benavides, que dice que fue director del comando de la Escuela Militar hasta mediados de enero, y hay otro coronel que asegura que era el responsable de la escuela desde mediados de diciembre. El ejército no ha sido capaz de aclarar ni siquiera eso".

La UCA recuerda la fecha con una campaña publicitaria de homenaje a sus mártires en la radio y la televisión, con proliferación de actos religiosos y misas que hacen hoy de San Salvador lugar de peregrinaje de cientos de hombres de Iglesia de todo el mundo, excepto de España y el Vaticano.

. [Alejandro Rosal, portavoz de la Conferencia Episcopal Española, declaró ayer que no se había enviado representantes a El Salvador para participar en el homen je a los jesuitas porque no había sido invitada, informa Servimedia.]

[España presentará hoy una nota verbal de protesta ante el Gobierno de El Salvador por la muerte de la médica española Begoña García Aradigoyen, fallecida durante un combate entre la guerrilla y el ejército el 10 de septiembre, según infórmaron a Efe fuentes diplomáticas españolas. La protesta, presentada por el subsecretario de Exteriores, Incencio Arias, se basa en que la médica fue rematada de un tiro en la nuca, según una autopsia practicada en España que contradice el dictamen de los forenses salvadoreños.]

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