Solana no cree probable que el conflicto estudiantil francés llegue a España

El ministro de Educación, Javier Solana, manifestó ayer en París que no cree que en España existan las condiciones para que se produzca un fenómeno como el movimiento de bachilleres franceses que ha reclamado en las calles más seguridad y mejores condiciones materiales en los institutos. Solana basó su afirmación en el "retraso estructural" del sistema educativo español respecto al francés y en "la ausencia del factor multirracial".

En España, dijo el ministro, se han hecho "esfuerzos importantes para modernizar el sistema educativo" y el mismo atraso de este sistema en relación al francés y los de otros países europeos, está permitiendo avances rápidos en los últimos años. Sin embargo, según Solana, a la educación pública española le falta aún mucho para poder igualarse a la francesa. "La enseñanza pública en Francia, un país donde el Estado tiene un peso decisivo", dijo, "tiene una tradición de la que carece nuestro país"."La protesta", dijo, "comenzó con la exigencia de más dinero para la educación a fin de obtener una mayor calidad de la enseñanza". Pero, añadió, "pronto expresó una preocupación sobre el futuro de los jóvenes en una sociedad muy competitiva".

Ese último factor, según Solana, es "común a las juventudes occidentales" y constituye la única posibilidad de un movimiento semejante en España. También en París, Felipe González había declarado el día anterior en relación a la revuelta estudiantil francesa que "hay una serie de preocupaciones que pueden atravesar las fronteras de los países europeos".

Para Solana el "materialisino" expresado por el movimiento francés es "fruto del crecimiento económico espectacular" de los últimos años. El ministro expresó su convicción de que "una vez restablecido el crecimiento en sus niveles normales", la juventud vuelva a expresar "valores morales menos materialistas". Solana participó en una cumbre parisiense de los ministros de Educación de la OCDE.