Kuwait pretende un cambio de imagen
El reino no quiere ser convidado de piedra en su propia guerra
Pasados ya los 100 días desde que Irak invadiera Kuwait, el Gobierno del emirato ha decidido cambiar de estrategia y adoptar una postura más combativa. Los nuevos asesores del emir Jaber han planteado en los últimos días una intensa campaña ante los periodistas enviados al golfo Pérsico, en un intento de modificar la imagen de cómodo exilio que tenían hasta ahora por la de acción y voluntad de expulsar a las tropas de Sadam Husein de su país. La propia familia real se entrena con armas de fuego en el jardín del hotel Sheraton de Taif
El Gobierno kuwaití en el exilio decidió a finales de octubre rescindir el contrato que tenía con la firma norteamericana Hill and Knowllton (primera empresa mundial de relaciones públicas) y replantear su estrategia de imagen en base a varios asesores. Este nuevo equipo de expertos, la mayoría de Estados Unidos, ha optado por pasar a la acción y hacer olvidar las escenas que hasta ahora habían recorrido el mundo, de miles de kuwaítíes esperando plácidamente en el exilio a que las fuerzas multinacionales echaran a las tropas de Sadam Husein de su país.Desde los primeros días de noviembre los nuevos asesores del emir Jaber al Ahmad al Sabbah están realizando una intensa campaña en Arabia Saudí para que los centenares de periodistas occidentales desplazados muestren una imagen mucho más combativa que los cerca de medio millón de kuwaitíes que han abandonado el emirato desde el 2 de agosto.
La campaña se inició coincidiendo con el viaje del secretario de Estado norteamericano, James Baker, a la zona del conflicto. Durante la visita de Baker al emir Jabbar en su corte de Taif, cerca de Yedda, varios ministros y altos cargos de la Administración kuwaití hicieron agresivas declaraciones y mostraron a jóvenes kuwaitíes que habían sido torturados por las tropas de Irak antes de poder escapar hacia Arabia Saudí. Ese mismo día tanto el emir, como otros miembros de su Gobierno, lanzaron el mensaje de que había que intervenir cuanto antes para hacer que se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas.
Y, como fin de fiesta, algunos miembros de la guardia de seguridad del hotel se ocuparon de informar a los periodistas que desde hacía varios días se oían tiros en los jardines del hotel Sheraton de Taif, donde reside la familia real, que se ejercita con armas de fuego para poder ser los primeros en liberar su país.
A partir de ese momento los asesores de imagen se han instalado en la ciudad de Dahran, junto con un nutrido grupo de funcionarios del Ministerio de Información kuwaití, que organizan cada día todo tipo de actos para la prensa. Reuniones informativas con personalidades en el exilio, informes sobre la situación interna de Kuwaít, fotografías de ciudadanos torturados, folletos sobre la historia del emirato... Un auténtico aluvión de actividades que está dejando cortos a los miembros de la oficina de información conjunta del Ejército norteamericano, a los relaciones públicas británicos y a las docenas de funcionarios del Ministerio de Información saudí.
Dentro de esta campaña, pasado fin de semana se organizaron simultáneamente varios viajes con periodistas para observar los aviones de las fuerzas aéreas kuwaitíes que esperan en una base de Arabia Saudí el comienzo de la guerra, y los tanques y tropas regulares desplegados en Hafar el Batin, cerca de la frontera con Kuwait; junto a una visita a un centro de adiestramiento para voluntarios kuwaitíes, cerca de Dahran.
Voluntarios contra Sadam
La visita al centro de reclutamiento y de enseñanza militar demostró, sin embargo, que en caso de que se produzca una intervención militar contra Irak las fuerzas multinacionales no podrán contar con el apoyo de ese ejército de voluntarios que se forman en Arabia Saudí. Los periodistas pudieron presenciar cómo 600 jóvenes saudíes se entrenaban en un descampado a unos 30 kilómetros de Dahran sin armas ni material militar alguno, para unirse al ejército regular o la reserva de Kuwait. El entrenamiento consistía en desfilar de un lado a otro del campamento, con los puños cerrados, la cara desencajada por el esfuerzo, los uniformes recién estrenados a punto de estallar por la presión de sus carnes acostumbradas a la cómoda kefia. Todo ello en medio de grandes gritos que parecían sacados de la película Oficial y caballero.
Los instructores se esforzaban en que los voluntarios pudieran marcar el paso después de tres semanas de prácticas, mientras chillaban las máximas que repetían los soldados: "Alá es el más grande, después nuestro país, después nuestro emir".
Que la gloria no sea ajena
Cinco o seis pelotones marchaban de un lado al otro del campamento, entrecruzándose una y otra vez con un grupo de jóvenes más atléticos que realizaban su instrucción en ropa de deporte y a la carrera, y que realizaron casi al final, ya con uniforme reglamentario, una demostración de defensa personal y de guerra cuerpo a cuerpo. Una vez más, sin armas.El jefe del campo de adiestramiento, coronel Sedí Faleh al Shammery, militar kuwaití de 42 años, explicó que los voluntarios llevaban solamente tres semanas de instrucción (el curso dura un mes) y que todavía no habían tenido un contacto con las armas. "Les estamos enseñando a combatir cuerpo a cuerpo, a enfrentarse ante una posible guerra química y realizar primeros auxilios, así como los conocimientos para batallar en la ciudad. En los próximos días tendrán el primer contacto con las armas, que todavía no las hemos querido traer al campamento y están guardadas en un lugar seguro para que no les afecte la humedad de la zona", dijo el coronel en una de las enormes tiendas de campaña. Al fondo, una enorme grúa taladradora intentaba, sin éxito, obtener agua a más de 10 metros de profundidad.
Según los militares kuwaitíes todas las semanas se apuntan en las embajadas de todo el mundo centenares de jóvenes del emirato que quieren inscribirse como voluntarios y recibir un adiestramiento correspondiente.
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