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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

El despliegue norteamericano concluirá en enero

El mando de la Operación Escudo del Desierto considera que el nuevo despliegue militar norteamericano no se habrá completado hasta entrado el mes de enero. En esas fechas habrán llegado al golfo Pérsico los 200.000 soldados que anunció el presidente Bush la semana pasada, que se unirán a los 230.000 presentes en la zona. Con ello, el Pentágono considera que estará en óptimas condiciones para desarrollar una estrategia ofensiva contra el ejército de Sadam. Las noticias sobre nuevos envíos de tropas al Golfo han caído muy bien en los mandos del ejército norteamericano allí destacados.

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Hasta ahora, todas las voces habían sido unánimes para calificar el actual despliegue de fuerzas como insuficiente para frenar cualquier ataque de las tropas iraquíes sobre Arabia Saudí. Sin embargo, desde que el presidente de Estados Unidos, George Bush, anunciara el aumento del contingente en la región, se ha desatado todo tipo de interpretaciones.La principal conclusión que sacan los oficiales aquí instalados es que la decisión del Pentágono pone una nueva posición de firmeza frente a Sadam Husein, pero que los dos meses que tardarán las nuevas tropas en llegar suponen una ligera tregua para retocar todas las posiciones y estrategias y preparar el posible ataque. Nadie quiere dar fechas, pero todos coinciden en que si no se produce un hecho sobresaliente 1990 concluirá sin guerra.

Tres congresistas demócratas desplazados hasta la provincia oriental de Arabia Saudí para visitar a los soldados norteamericanos declaraban este fin de semana que, según sus informaciones, "el despliegue militar concluyó a principios de noviembre para una hipótesis defensiva, pero no estará completo hasta el mes de enero o incluso febrero, en que hayan llegado todos los nuevos soldados, armas y material bélico Hoy por hoy, no creo que estemos preparados para mantener una guerra durante un plazo indefinido".

Por su parte, el mayor Frank Irons, uno de los asesores del general Norman Schwarzkop, se mostraba satisfecho con el aumento del contingente militar. "Con más tropas", dijo, "nos aseguramos una reducción "de bajas ante la eventualidad de una guerra. Cuanta más gente y más poder ofensivo tengamos, mejores posibilidades tendremos de realizar nuestra ofensiva más rápidamente y salvar la vida de mucha gente"

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Con las nuevas tropas en camino, el mando está replanteando el despliegue de la Operación Escudo del Desierto trasladando muchas de las posiciones defensivas hacia una estructura claramente ofensiva. En la actualidad hay en el golfo Pérsico cerca de 230.000 soldados norteamericanos, junto a más de 100.000 de otros 26 países aliados. El refuerzo de otros 200.000 hombres y mujeres situará al ejército multinacional por encima del medio millón corto de iraquíes que defienden la frontera con Arabia Saudí.

El mando militar estadounidense parece además contento con la selección realizada por el Pentágono para reforzar sus tropas. Según ha transcendido aquí, el nuevo contingente está compuesto por las siguientes unidades: 60.000 hombres procedentes de las bases de Alemania, correspondientes a divisiones de infantería y caballería, que traerán los tanques M1-A 1 preparados para la guerra química; 60.000 infantes de marina de las bases de Camp Leujene (Carolina del Norte) y Camp Pendelton (California); tres brigadas de la Guardia Nacional; la 1ª División de Infantería Mecanizada, tres nuevos portaaviones (Theodore Roosevelt, America y Ranger), el acorazado Missouri, 20 barcos de apoyo, y más de 100.000 toneladas de munición.

Aún ocho semanas

Tendrán que pasar al menos ocho semanas hasta que todas esas tropas hayan llegado a la zona del conflicto, contando además con que los países de la organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN) pretende el apoyo logístico necesario para transportar las tropas instaladas en Alemania. Estos refuerzos completarán el enorme esfuerzo realizado hasta ahora, que según datos del Pentágono se concretaban a final de octubre en 230.000 hombres y un auténtico arsenal bélico, compuesto por los siguientes elementos:

- Vehículos de tierra: 350 tanques M-1, 140 tanques M60 A1, 160 vehículos ligeros M-2 Bradlery y 170 M-3 Bradlery, y 40 tanques Sheridan.

-Artillería: 114 cañones de 105 milímetros, 216 cañones de 155 milímetros y 46 cañones de 203 milímetros.

- Defensa aérea: 35 lanzaderas de misiles Patriot, 75 de misiles Vulcan y 15 de misiles Hawk.

- Aviación: 100 aviones de combate (F-14 y F-15C), 300 aviones para combate aire-tierra (A- 10, A-6, F- 111, F- 117 y AV-8B), 200 aviones de doble acción (F-16, FA-18 y F-15E) 400 aviones logísticos de transporte, 100 helicópteros Apache y 115 helicópteros Cobra.

Todo sin ello sin contar los aviones instalados en los portaaviones y los bombarderos desplegados en las bases de Turquía y el océano Indico.

- Marina: tres portaaviones, un acorazado, cinco cruceros lanzamisiles, dos destructores, dos fragatas, un número no determinado de submarinos nucleares y casi 50 barcos de apoyo y escolta.

Con este potencial bélico unido a los refuerzos que ya se encuentran en camino y a las tropas que componen las fuerzas multinacionales desplegadas en la zona, el Pentágono .confía en que, en caso de declararse la guerra, el triunfo rápido está asegurado.

Aunque todos, desde el general Schwarzkopf hasta el último soldado, prefieren que se produzca una solución política. Y si es antes de Navidad, mejor.

Política de intimidación

Como ya hicieron a finales de septiembre, la tropas norteamericanas del Golfo están desarrollando una intensa actividad militar desde que comenzó el mes de noviembre. Coincidiendo con la gira del secretario de Estado, James Baker, se han incrementado las maniobras de diversos cuerpos del ejército, mientras que aviones de reconocimiento han intensificado sus vuelos junto a las fronteras con Kuwait o Irak. Según fuentes militares norteamericanas, estos movimientos forman parte de los entrenamientos habituales de las fuerzas que componen la operación Escudo del Desierto y no suponen ninguna provocación para el ejército iraquí.Sin embargo, otras fuentes diplomáticas asocian este aumento de la actividad militar con les mensajes lanzados por Baker durante su gira de siete días por otros tantos países aliados y con el propio anuncio de envío de nuevas tropas a la zona del conflicto. Según esta teoría, Estados Unidos estaría desarrollando una política de intimidación ante la población y los soldados iraquíes, y ante su propio líder, en un momento en el que su moral podría estar decayendo fruto de la escasez de ciertos productos y de supuestos movimientos entre el mando militar de Bagdad.

Los mensajes lanzados en cada una de las capitales visitadas por James Baker de que llegarán hasta las últimas consecuencias si Irak no abandona Kuwait, unidos a la amenaza continua de un ataque sorpresa, que mantiene en estado de alerta al ejército de Sadam Husein desde hace una semana, podrían estar haciendo mella en muchos soldados y oficiales, que se plantean que la invasión fue una mala decisión.

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