Pérez de Cuéllar dice que Bagdad no deja espacio a la ONU para negociar
El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, manifestó ayer en Tokio durante un encuentro con el primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, que Irak mantiene todavía una postura muy rígida y que no hay apenas espacio en estos momentos para que él pueda desempeñar un papel negociador. Pérez de Cuéllar, que no ocultó su pesimismo sobre una solución pacífica a la crisis del Golfo, explicó que ha tratado de mandar a Bagdad a un enviado especial, pero las autoridades iraquíes se niegan.El conflicto de Oriente Próximo ha sido estos días centro de la atención de muchos encuentros bilaterales entre los líderes políticos desplazados a Tokio con motivo de la coronación del emperador Akihito.
El vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle, abordó el tema con el presidente israelí, Chaim Herzog. Kaifu examinó también ayer la crisis con el primer ministro francés, Michel Rocard. Ambos coincidieron en que es necesario que se mantenga la unidad internacional para conseguir la retirada de Irak de Kuwait. Rocard subrayó que el presidente iraquí, Sadam Husein, no negociará un arreglo de la crisis si no hay esfuerzos concertados por parte de la comunidad internacional.
Entronización del emperador
Respecto a la ceremonia de entronización del nuevo emperador de Japón, la gran mayoría de los países industrializados, a diferencia de lo que hicieron en 1989 con el funeral de Hirohito, enviaron -salvo excepciones, como Alemania y algunas monarquías europeas- representaciones de rango inferior a jefe de Estado. En cambio, muchos mandatarios de países asiáticos y latinoamericanos no quisieron desaprovechar la ocasión para tratar de conseguir ayuda económica del poderoso Japón.
La presidenta de Filipinas, Cory Aquino, tiene motivo para sentirse satisfecha de sus encuentros en Tokio. El primer ministro Kaifu le prometió ayer la entrega urgente de un paquete de préstamos a bajo interés por valor de 28.200 millones de yenes (unos 20.000 millones de pesetas) para contribuir a aliviar la aguda crisis económica del país.
También Perú ha recibido dinero nipón, una donación de 3.500 millones de yenes (2.450 millones de pesetas, aproximadamente), pese a que su presidente de origen japonés, Alberto Fujimori, no pudo estar en las fiestas de la coronación como tenía previsto.
Los presidentes de Argentina, Brasil, Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Panamá encontraron buenas palabras de parte japonesa pero sin lograr, de momento, nada concreto.
Los países de Europa oriental también decidieron enviar a Tokio a sus máximos responsables. Los presidentes de Bulgaria, Hungría, Rumania y Yugoslavia mantuvieron una intensa actividad con el Gobierno y medios empresariales japoneses con el fin de obtener dinero urgente.
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