Movilización diplomática a favor de una cumbre árabe
El presidente egipcio, Mohamed. Hosni Mubarak, viajó ayer de forma inesperada a la ciudad libia de Sirta para entrevistarse con el coronel Muammar el Gaddafi. La visita parece destinada a coordinar una respuesta al llamamiento del rey Hassan II de Marruecos para celebrar una cumbre árabe sobre la crisis del golfo Pérsico. En Rabat, el viceprimer ministro iraquí, Taha Yasil Ramadán, entregó ayer al monarca un mensaje secreto del presidente Sadam Husein. Horas antes, otro emisario iraquí había entregado una carta personal de éste al presidente de Túnez, Zine ben Alí.
El cuadro se completa con una visita relámpago a Jordania del presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, que ayer se entrevistó con el rey Hussein para tratar de la oferta negociadora del monarca marroquí.Egipto, como los Estados del Golfo, espera que Rabat les envíe emisarios que les expliquen su convocatoria. El bloque antiiraquí podría acudir a la cumbre -que es vista con escaso entusiasmo por Estados Unidos- si el rey Hassan II asegura que no van a pasarse por alto las resoluciones de las Naciones Unidas contrarias a la ocupación de Kuwait.
El mensaje de Sadam entregado ayer al monarca marroquí contiene, según se asegura en medios diplomáticos, la respuesta oficial de Bagdad, a la propuesta de Rabat de celebrar una cumbre árabe en los próximos días para solucionar el conflicto de Oriente Próximo.
Pero el viaje de Taha Yasil Ramadán tiene un segundo objetivo; tratar de convencer al monarca y a los miembros del Gobierno para que sean aceptadas las condiciones previas establecidas por Bagdad para que Sadam Husein pueda estar presente en la cumbre árabe.
Cuestiones previas
No en vano antes de salir de Irak el viceprimer ministro había recordado a la prensa que la presencia de Sadam Husein en la cumbre árabe está supeditada a tres cuestiones previas. En primer lugar, a que el presidente iraquí pudiese colaborar a la redacción del orden del día de la cumbre; en segundo lugar, a que pudiera fijar el día y el lugar para celebrar la reunión, y en tercer lugar, a que en la sesión de trabajo se trataran otros problemas de Oriente Próximo incluido el de Palestina.
La negociación de estos tres puntos confirma el segundo objetivo de Taha Yasil Ramadán. Toda la actividad diplomática desempeñada por el viceprimer ministro relacionada con la negociación de estos puntos previos se ha convertido en secreto de Estado.
La nueva propuesta de negociación del rey Hassan II de Marruecos ha sido aceptada por ahora por el rey Husein de Jordania, por la Organización para la Liberación de Palestina y por Mauritania.
El apoyo más importante a la iniciativa es el ofrecido por el presidente mauritano Ould Taya. No en vano se trata de un estrecho y fiel aliado de Irak capaz de arrastrar con su presencia a Sadam Husein hasta Rabat haciéndole vencer reticencias y desconfianzas. La adhesión de Mauritania a la iniciativa de Hassan II permite a Rabat abordar con confianza la fase más dificil y complicada de los trabajos previos a la reunión; llevar al presidente iraquí hasta Marruecos.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Qian Qichen y el francés Roland Dumas, apreciaban en todo su valor el llamamiento del monarca. Y ayer, una delegación marroquí trató del asunto con las autoridades chinas en Pekín.
Anterior oposición egipcia
Mubarak se ha opuesto hasta ahora a todas las sugerencias de reunir de nuevo a los jefes de Estado árabes, ante el mal recuerdo de la última cumbre, celebrada en El Cairo el pasado 10 de agosto, que consagró la división en el grupo. Para el rais, cualquier intento está condenado al fracaso, a menos que Irak acceda a retirarse de Kuwait y permita el regreso de sus gobernantes exiliados. En ese sentido se manifestaba ayer la prensa egipcia, en cuyos editoriales se estimaba que "ningún nuevo elemento justifica tal reunión", a la que Irak ha puesto condiciones "imposibles".
El escepticismo de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) hacia la propuesta de Hassan II se resume en las palabras del secretario general de esa organización, Abdalá Bishara. En la única reacción oficial proveniente de ese bloque, Bishara afirmó el pasado lunes no creer ya en una solución árabe a la crisis y estar convencido de que la guerra es "inevitable". El CCG agrupa a Arabia Saudí, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein y Omán.
Fuentes diplomáticas del Golfo aseguran que el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qian Qichen, ha advertido al presidente iraquí, Sadam Husein, durante su reciente visita a Bagdad, que Pekín no vetará una eventual resolución de la ONU en favor del uso de la fuerza para liberar a Kuwait. Sadam ha suavizado su postura sobre la participación en la citada cumbre, al expresar su disposición a ofrecer "sacrificios a cambio de la paz en la región", aunque la información no menciona de forma expresa la retirada del emirato.
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