Irán y Turquía rechazan cualquier alteración de fronteras en el Golfo
ÁNGELES ESPINOSA Tanto Irán como Turquía se oponen a cualquier cambio de fronteras en la región del golfo Pérsico. Esta actitud, que significa el rechazo a la más mínimo modificación territorial por parte de su común vecino Irak, ha quedado clara el pasado fin de semana durante una visita del presidente turco, Turgut Ozal, a su homólogo iraní, Alí Akbar Hachemi Rafsanyani. Ozal hizo una escala en Teherán el sábado de camino hacia Tokio, donde hoy tiene previsto asistir a la entronización del emperador Akihito.
Los Gobiernos de Turquía e Irán han pedido al de Irak que aplique las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Kuwait, y desean "una solución pacífica a la crisis del Golfo", según anunció ayer Radio Teherán al comentar la visita de Ozal a la capital iraní. Durante varias horas, el presidente turco examinó con Rafsanyani "la crisis del Golfo, los distintos medios para resolverla, así como las perspectivas para después de la crisis".
"Preferimos que no se produzca derramamiento de sangre en la región y apoyamos la integridad territorial e independencia de Kuwait", declaró anteanoche el presidente iraní tras entrevistarse con Ozal. Rafsanyani reiteraba así una idea a la que ya se refirió en la oración del pasado viernes: la oposición de su país a que Irak obtenga un mayor acceso al golfo Pérsico a través del mantenimiento en su poder de la isla de Bubiyán, sugerida en algunos medios como fórmula para lograr su retirada del resto del emirato. Para Irán, tal eventualidad pondría en peligro su propia seguridad.
Alta rentabilidad
Hasta ahora, la crisis del Golfo ha resultado altamente rentable para Teherán. Por un lado, le ha permitido recobrar el respeto internacional. Por otro, su presidente -calificado en el exterior de pragmático y moderado- se ha encontrado con una oportunidad para acallar a la oposición interior.
Respecto a Turquía, con la que comparte la vecindad de Irak, las relaciones bilatera les han mejorado tras una década de diferencias políticas e ideológicas. El laicismo del Gobierno de Ankara chocaba hasta ahora con el carácter de república islámica de que se ha dotado Irán. En el terreno económico, Turquía -muy afectada por la crisistiene especial interés en estrechar los lazos con un vecino al que la subida de los precios del petróleo está permitiendo una alta velocidad de reconstrucción. Si el potencial militar de Bagdad resulta aplastado en una guerra, tal como se teme, Irán, con casi 60 millones de habitantes, resurgiría como la potencia dominante en la zona.
Por otra parte, los ministros de Asuntos Exteriores de Egipto, Arabla Saudí y Siria, que concluyeron una ronda de conversaciones en Damasco, se reunirán de nuevo en breve en El Cairo, según anunciaba ayer el diario Al Hayat.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.