Antiguallas
Del condón -el calcetín de mi juventud- dijo el doctor Marañón que era "muro para el placer y telaraña para la infección". Del preservativo, lo mejor que. se puede decir es que constituye una antigualla -su origen se remonta al siglo XVIII-, pues, además de inseguros (siempre se te desenrollan o pinchan en el momento más inoportuno), suponen un freno que corta la es pontaneidad del acto, su natural crescendo, transformando el erotismo de la relación en pura por nografia al convertir en falsa una unión que aparece ahora eseindi da por una prótesis de caucho o látex, que impide además el goce de la mujer.El condón no es más que una estafa, un mal recuerdo, una frustración de la libido, y ahora, tras la campaña de Sanidad, un timo nacional, como siempre a costa del contribuyente y en beneficio de las multinacionales del sector-
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