Marruecos impone una multa de 20 millones de pesetas a un pesquero de Vigo
Las autoridades marroquíes del puerto de Dakula, situado en la región del Sáhara, han impuesto una multa de 20 millones de pesetas al pesquero español Nuevo Juan, con base en el puerto de Vigo. Ésta es la sanción más importante impuesta a un pesquero español por pescar en zona prohibida desde que el pasado mes de enero entrara en vigor el nuevo baremo de multas.
Las autoridades marroquíes imputan a la tripulación del Nuevo Juan haber pescado en zona prohibida, además de carecer de la licencia oportuna. Las autoridades acusan también a estos pescadores de haber desobedecido a la patrullera y de haber intentado la huida, a pesar de los requerimientos efectuados desde la nave de vigilancia. Todas estas circunstancias han provocado que los responsables del puerto de Dakula impusieran una sanción ejemplar a los armadores del Nuevo Juan, según informó ayer el periódico L'Opinion, portavoz del partido nacionalista Istiqlal.El Ministerio de Pesca de Marruecos decidió incrementar el costo de las multas como medida de persuasión dirigida a los pescadores comunitarios en un intento de salvar los recursos naturales e impedir que se agoten las reservas. De esta forma, al mismo tiempo que se incrementaban las sanciones, el Ministerio de Pesca estableció unos periodos de veda durante el año para asegurar la reproducción de determinadas especies y frenar el peligro de extinción de algunos bancos pesqueros.
Infracciones marroquíes
Esta declaración de intenciones, puesta de manifiesto con la escrupulosidad con que las autoridades han tratado la infracción cometida por el Nuevo Juan, contrasta con el silencio oficial mantenido en torno a las supuestas irregularidades cometidas por parte de la flota marroquí durante el mes de octubre, al no respetar el paro biológico y transgredir así la filosofía ecológica de su ministerio.El paro biológico, de un mes de duración, debía haberse iniciado el pasado 1 de octubre. Durante el pasado mes los barcos pesqueros no podían capturar cefalópodos -pulpos y calamares-, asegurándose de esta manera su crecimiento.
Mientras la flota española, formada por unas 150 embarcaciones, iniciaba a principios del mes de octubre una singladura hacia el Puerto de la Luz, de Las Palmas de Gran Canaria para respetar el paro biológico decretado por las autoridades de Marruecos, hay indicios de que algunas embarcaciones con base en aquel país continuaban aún con la captura de estas especies.
Estas sospechas tienen su confirmación en el hecho de que durante todo el mes de octubre en el mercado de Rabat se han podido adquirir calamares, lo que prueba que el paro se ha incumplido.
Las amas de casa marroquíes aseguran que los calamares comprados durante las primeras semanas del mes de octubre en las pescaderías eran más pequeños y suculentos que los habituales, por lo que los comerciantes incrementaron sus precios.
El incumplimiento parcial del periodo de veda ha sido denunciado por los pescadores españoles, sobre todo durante el, conflicto del pasado mes de marzo.
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