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El sida frena la caída de la tuberculosis

Los especialistas minimizan la interacción de ambas enfermedades en España

La aparición del sida en países desarrollados con problemas de drogadicción y pobreza ha frenado el descenso de casos de tuberculosis registrados en los últimos 30 años, según las conclusiones de la Conferencia Mundial de Salud Respiratoria celebrada recientemente en Boston (EE UU). España es el único país de la Europa occidental en que la tuberculosis, de acuerdo a los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sigue en aumento: 40 de cada 100.000 habitantes la padecen anualmente. Esta incidencia es una de las más altas de Europa.

De los 4.000 casos anuales de tuberculosis notificados por las autoridades españolas en 1979 se ha pasado en 1989 a 14.000. Para los técnicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la atípica trayectoria española respecto a los países de su entorno sólo podría explicarse restando validez a los informes enviados a este organismo por las naciones vecinas."La tuberculosis ha sido tradicionalmente sinónimo de pobreza e insalubridad", afirma el doctor Koshi, jefe del servicio de tuberculosis de la OMS. De los tres millones de personas que aproximadamente mueren cada año en el mundo víctimas de esta enfermedad contagiosa, la mayoría habita en países en vías de desarrollo. Lo que ahora preocupa a los expertos de la OMS es la fragilidad con la que se enfrenta España al recrudecimiento de esta enfermedad en el mundo desarrollado. "Cuando una persona está infectada por el VIH y la tuberculosis al mismo tiempo, ésta se hace más activa como consecuencia de la debilidad del sistema inmunológico. En aquellas personas con tuberculosis, el tiempo que el VIH tarda en desarrollar el sida se acorta dramáticamente", afirma en Ginebra el doctor Torrigiani, director de la división de enfermedades transmisibles de la OMS.

En la actualidad tres millones de personas infectadas por el VIH también lo están de tuberculosis, lo que según declaraciones del director general de la OMS, doctor Hiroshi Nakajima, "nos hace prever una epidemia paralela". En otras palabras, la incidencia de la tuberculosis en el mundo aumentará en la medida que se incrementen los casos de personas infectadas por el virus del sida y según estimaciones de la OMS, a finales de este siglo el VIH será portado por entre 15 y 20 millones de personas.

Por otra parte, Luís Lara responsable del Programa de Tuberculosis en Andalucía, del Servicio Andaluz de Salud (SAS), opina, en cambio, que "la interacción entre ambas enfermedades no es significativa en nuestro país". En España se registran actualmente unos 40 casos por cada 100.000 habitantes al año, al año tres veces más casos que en Bélgica o en Francia, aunque estos datos no son demasiado fiables y los expertos consideran que el número es más elevado.

Sin erradicar

A pesar de ello, Lara afirma que la interacción entre tuberculosis y sida en España no es asimilable a la de otras zonas geográficas, como África, continente en el que ambas enfermedades están fuertemente relacionadas. Durante los últimos nueve años, la contribución, en términos estadísticos, del sida al desarrollo de la tuberculosis no ha sido significativa en España. De los 565 casos de sida que se conocen en Andalucía desde 1981 hasta marzo de este año, tan sólo 67 pacientes -el 12%- han desarrollado tuberculosis.

"La tuberculosis ni está erradicada en España ni ha estado nunca en vías de erradicación", señala Lara, que asistió a la conferencia de Boston. Según el doctor Lara, el sida no ha motivado un incremento sustancial de casos de tuberculosis. Otro de los datos ofrecidos en la Conferencia Mundial de Salud Respiratoria es que "antes de finales de este año, 30 millones de personas en el mundo morirán a consecuencia de la tuberculosis. En los países en vías de desarrollo, en los cuales esta afección está muy generalizada, uno de cada cuatro adultos muere por esta enfermedad".

En los casos de tuberculosis meníngea si la enfermedad no se trata iminediatamente, se considera como de letalidad absoluta; en las pulmonares crónicas, la mortalidad es del 80%; mientras que en procesos iniciales es del 50%. La vacuna que existe contra esta enfermedad no puede ser administrada a pacientes ya infectados y su aplicación como medida preventiva implica una serie de indicacioñes específicas.

En casa

"Se trata de una enfermedad que puede curarse casi en un 100% de los casos y que en las formas iniciales no complicadas debe ser tratada por los técnicos de atención primaria, sin que se haga necesaria la hospitalización, práctica que se ha venido realizando hasta hace unos años", señala Lara, tambíén miembro del comité de control de la Unión Internacional contra la Tuberculosis.

La enfermedad afecta especialmente a jóvenes de entre 15 y 24 años que padecen desnutrición y habitan en casas con malas condiciones higiénicas, o a los que sufren enfermedades que producen inmunodepresión corno el sída, el cáncer o algunas de las que necesitan ser tratadas con corticoides.

El Boletín de Epidemiología semanal, una de las fuentes para las estadísticas oficiales, señala que, en 1975, 9 de cada 100.000 españoles padecían tuberculosis, cifra que va creciendo con el tiempo a medida que pasan los años. Así, en 1984, el número se sitúa en 24 de cada 100.000 para toda España; mientras que en Andalucía sólo figuran 14 de cada 100.000.

No es que haya aumentado el número de casos, sino que se han descubierto y reflejado de una forma más precisa en los últimos años", precisa Lara. Este baile de cifras ha hecho que la OMS calificara a España en 1974 entre los países con estadístícas no fiables.

La información que deben conocer todos los ciudadanos sobre la tuberculosis parte de una primera idea: se trata de una enfermedad de baja transmisibilidad, es decir, de difícil contagio.

Cambio de orientación

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía inició el año pasado un programa de tuberculosís destinado a la detección precoz de la enfermedad y a su desdramatización social mediante una información clara de lo que es la enfermedad. El programa, que funciona en distritos seleccionados de las ocho provincias andaluzas y comenzó en Málaga, pretende llegar al 20% de la población a finales de este año."La elaboración del programa ha implicado un cambio de orientación en el tradicional enfoque de la enfermedad, introduciendo rigor en las estadísticas", dice Luis Lara.

El programa hace especial hincapié en cambiar la estrategia de intervención, poniendo más énfasis en la sospecha de enfermedad entre los que presenten síntomas respiratorios; así como en la puesta en funcionamiento de unos cursos para que los profesionales de la salud detecten la enfermedad de forma precoz. "Frente al tipo de asistencia que se venía prestando en centros especializados en enfermedades del tórax, ahora pretendemos que todos los escalones asistenciales cumplan su cometido en la atención sanitaria sobre el problema", explica Lara.

La vía fundamental para la transmisión de la tuberculosis son las gotas de saliva que expelen los enfermos al toser. Los expertos insisten, no obstante, en que se requiere una exposición cercana y repetida para contraer la enfermedad. El SAS establece una clara diferencia entre lo que es la enfermedad y la infección. Esta última sólo significa que el organismo ha estado en contacto con el bacilo de Koch, responsable de la enfermedad, y que esa persona tiene un porcentaje de riesgo de desarrollar tuberculosis. Esta puede curarse actualmente casi en el 100% de los casos.

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