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Andreotti informará al Senado sobre la Operación Gladio

Juan Arias

El presidente, del Consejo de Ministros italiano, el democristiano Giulio Andreotti, se presentará la semana próxima ante el Senado para informar sobre Operación Gladio, la superestructura de defensa vinculada a la OTAN y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que ha actuado durante 45 años secretamente en Italia. El diario La Stampa, pro piedad de Giovanni Agnelli, ha revelado detalles de esa estructura mediante una entrevista al que fue y sigue siendo su mayor responsable. Éste ha pedido a ese periódico que ocultara su nombre.El debate del Senado se ha hecho indispensable después que dos ex presidentes de Gobierno, el socialista Bettino Craxi y el republicano Giovanni Spadolini han asegurado que se les había ocultado la existencia de esa estuctura, mientras que el jefe del Estado, el democristiano Francesco Cossiga, ha confesado que no sólo la conocía sino que cuando era subsecretario de Defensa había contribuido a la creación administrativa de la misma. Por ello, ayer, el diario Il Manifesto pidió -en un editorial de Luigi Pintor, uno de los fundadores del diario que es también diputado- que Cossiga dimita inmediatamente.

Adiestrados en Cerdeña

Según las declaraciones a La Stampa, del supuesto responsable de la Operación Gladio, dicha estructura nació en la clandestinidad el 26 de noviembre de 1956. Al principio eran convocados jóvenes que habían acabado el servicio militar. Su salario era el de capitán en activo. Más tarde entraron a formar parte de la estructura civiles, sobre todo personas que en caso de ser detenidas "en acto de guerra" no corrieran peligro de ser deportadas. En Venecia, dice, se prefería a un "gondolero" antes que a un ingeniero, y, en Cerdeña, a un "pastor" antes que a un médico.

Entre ellos no debían conocerse. Se adiestraban generalmente en Cerdeña. Y para que dichos ejercicios fueran más reales se realizaban sin advertir ni a los militares ni a los carabineros.

Se les llevaba en aviones Argo 16 con "las ventanillas oscurecidas", y a cada uno se le especializaba en una función: había desde "radiotelegrafistas" o "saboteadores de trenes" a expertos en "explosivos". Sólo la cúpula de la organización sabía dónde estaban los depósitos de armas y explosivos. Las órdenes debían darse a través de la radio.

Según el director de la Operación Gladio, ésta seguía estando en activo "por lo menos hasta el año pasado". Hasta el mismo secretario republicano, Ugo La Malfa -que forma parte del Gobierno- sospecha que esta estrutura secreta pudo estar involucrada en el terrorismo italiano.

En las citadas declaraciones a La Stampa, el anónimo jefe de. la Operación Gladio asegura que no es cierto que se desconozca el paradero de ocho de los depósitos de armas y explosivos del grupo, aunque puntualiza que resulta difícil recuperar algunos de ellos porque han sido cambiados de lugar, y pone el caso de un arsenal que se encuentra ahora bajo el umbral de una iglesia que el párroco ha hecho asfaltar. Otro arsenal está oculto en un cementerio. Asegura dicho militar anónimo que la lista de cuantos formaron parte de aquella organización secreta existe y está, bajo secreto militar, en el cuartel de Forte Braschi, en Roma.

Ayer, el mayor filósofo italiano, el anciano Norberto Bobbio -una de las voces más atendidas por el Gobierno y por la oposición- en una entrevista concedida a Il Manifesto afirma que el problema no es si la Operación Gladio era o no "legal" sino si ha contribuido o no a acrecentar la democracia en el país. Y concluye: "Somos muchos los que pensamos que no sólo no ha contribuido a ello, sino que la ha puesto en peligro".

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