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La Generalitat considera vejatorio el tratro que le dio el Gobierno socialista en la visita de Gorbachov

El Gobierno de la Generalitat considera que ha sido menospreciado y vejado por el Ejecutivo socialista durante la reciente visita del presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, a España, que finalizó el domingo en Barcelona. En una dura declaración difundida ayer, la Administración autónoma opina que a excepción del Rey y del presidente del Gobierno, "ningún otro cargo" puede sustituir a Jordi Pujol "en el ejercicio de la representación del Estado en Cataluña". El príncipe Felipe, en su calidad de presidente de honor del Comité Organizador Olímpico Barcelona 92 (COOB), actuó de anfitrión de Gorbachov. La nota añade que los Gobiernos extranjeros han de vencer la resistencia del Ejecutivo socialista para visitar Cataluña.

La Delegación del Gobierno en Cataluña emitió anoche una nota de réplica en la que pedía a la Generalitat "serenidad y sosiego" y le recriminaba "los excesos" del comunicado.La declaración hecha pública por el Departamento de Presidencia de la Generalitat considera "necesario e inaplazable" difundir su opinión, "porque la dignidad del país [en referencia a Cataluña] le obliga a hablar". "Esta toma de postura", sostiene la nota, "responde en parte a la reciente visita del presidente Gorbachov, porque los planteamientos negativos hacia la Generalitat han llegado a su punto culminante".

"Es necesario recordar que no sólo la Generalitat es la más alta y más representativa institución catalana, sino que su presidente es el representante ordinario del Estado, excepto cuando están [en Cataluña] el Rey y el Presidente del Gobierno. Ningún otro cargo le puede sustituir en el ejercicio de la representación del Estado", puntualiza. la declaración. Aunque en ningún momento se comenta el hecho de que el príncipe Felipe actuara de anfitrión de Gorbachov en Barcelona, fuentes de la Generalitat manifestaron que la ambigüedad del texto es calculada. Estas mismas fuentes hicieron hincapié en que el heredero de la Corona hizo de anfitrión de Gorbachov en su calidad de presidente de honor del COOB.

Portavoces oficiales indicaron, sin embargo, que el comunicado, elaborado, personalmente por Jordi Pujol durante la mañana de ayer, "no estaba pensado para la familia real, sino para el presidente del Gobierno y sus ministros". El titular de Defensa, Narcís Serra, también acompañó a Gorbachov en su visita a Barcelona.

Colaboradores de Pujol indicaron, horas después de que Gorbachov partiera hacia París, que el Gobierno había perdido "una ocasión histórica" para explicar al presidente soviético la experiencia española de convivencia de diferentes nacionalidades en un mismo Estado.

Falso enfrentamiento

Después de denunciar lo que considera reparos que la Administración central pone a los "jefes de Estado y de Gobierno" que desean visitar Cataluña, la declaración señala que la visita de Gorbachov fue "rebajada" a un carácter "privado o semioficial". La nota denuncia también "el intento de buscar en un supuesto enfrentamiento entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona la razón de la forma como se organizó la visita del pasado domingo". Medios de la Administración central indicaron. antes del que Gorbachov llegara a España que éste no visitaría ni el Palau de la Generalitat ni el Ayuntamiento, como solución salomónica para dirimir la pugna entre ambas instituciones por acoger al líder soviético, dado que lo breve de su estancia en Barcelona hacía imposible que acudiera a dos recepciones. Las mismas fuentes habían indicado también que el hecho de que el príncipe Felipe actuara de anfitrión contribuiría a limar cualquier problema de protocolo.

La declaración considera que este supuesto enfrentamiento institucional "responde a una táctica habitual en la forma de presentar las relaciones entre la Generalitat y el Ayuntamiento, que tiende a ridiculizar a la Generalitat y que siempre es nociva para la vida política catalana". El texto afirma que comparar al Gobierno catalán con un Ayuntamiento, "ní que sea el de Barcelona", es "institucionalmente inaceptable, políticamente sectario y catalanamente [síc] desestabilizador".

El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, el socialista Lluís Armet, lamentó que la visita del mandatario soviético no incluyera la sede del Gobierno catalán ni la del Ayuntamiento, pero agregó que Pujol no ha sabido hacer respetar su condición de representante del Estado, con el que siempre aparece enfrentado. "Al presidente Tarradellas esto no le hubiera pasado", aseguró. De modo parecido se manifestó el diputado autonómico del Partido Popular Josep Curto, quien afirmó que se solidarizaba con Pujol, pero le criticó por "no dar una respuesta adecuada" a la marginación, informa Europa Press. Los restantes partidos parlamentarios criticaron también el trato recibido por la Generalitat.

Roca pide responsabilidades

El secretario general de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), Miquel Roca, pidió ayer la dimisión del responsable de protocolo que organizó la comida ofrecida por el príncipe Felipe a Gorbachov en el Palacio de Pedrables. "Es un absoluto inepto", señaló Roca en los pasillos del Congreso de los Diputados, informa Efe. La organización de la comida corrió a cargo del protocolo del Estado aunque, como en otras visitas a Cataluña de miembros de la familia real, sus responsables se apoyaron para la elección de los invitados en la Delegación del Gobierno.A la comida no fue invitado el presidente del Grupo Parlamentario de Convergència i Unió en la Cámara catalana y sí en cambio Joan Hortalà, representante de una fuerza menor como Esquerra Catalana. Tampoco fue invitado el secretario general de la Presidencia, Joaquim Pujol, y sí en cambio su antecesor, Lluís Prenafeta. El director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión, Joan Granados, también fue excluido, aunque finalmente se hizo con una invitación. Su segundo, Jaume Farrús, no tuvo problemas porque fue incluido en la listas desde el primer momento.

Por problemas de protocolo, Pujol abandonó la comitiva oficial que mostraba al presidente de la URSS el Estadio Olímpico. El presidente de la Generalitat vio cómo se le impedía el acceso a su posición preeminente y optó por irse a pasear por los aledaños.

La nota de la Presidencia de la Generalitat lamenta que algunos ministros se "hayan negado a asistir a actos en Cataluña" porque, "tal como corresponde, los habría presidido el presidente de la Generalitat". El Gobierno catalán se refiere con esta alusión a situaciones como las creadas en las inauguraciones de la Feria de Muestras de Barcelona, a las que no asiste desde 1988 el ministro de Economía, Carlos Solchaga, y desde 19-83 se arrastran los problemas protocolarios. Otras fricciones han generado situaciones absurdas, como la ausencia de discursos de inauguración para que ninguna institución capitalizara el acto.

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, manifestó ayer que algunos aspectos relacionados con el protocolo de la visita de Gorbachov a Barcelona son mejorables y agregó que tratará este asunto con los responsables del mismo [en refencia implícita al Gobierno]. Maragall precisó, sin embargo, que el Ayuntamiento de Barcelona está muy satisfecho por el desarrollo de la visita del presidente de la Unión Soviética.

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