Aylwin discute con Pinochet los ascensos militares
El jefe del Ejército chileno, general Augusto Pinochet, se reunió ayer en el palacio de La Moneda con el presidente, Patricio Aylwin, para proponerle los ascensos y retiros anuales en la institución militar. Fue un trámite difícil para el ex dictador, que, por primera vez en 17 años, justo cuando un escándalo financiero afecta a oficiales de su arma, debe esperar la anuencia presidencial para configurar el alto mando militar.
Poco antes de la reunión, en un barrio del sur de la capital, varios desconocidos dieron muerte de seis balazos en una emboscada a un ex escolta de Pinochet, el sargento Víctor Valenzuela, miembro de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE).A la salida del palacio, después de 20 minutos de reunión, Pinochet fue abucheado por los transeúntes. La propuesta de Pinochet, que si el Gobierno acepta será ratificada mediante un decreto, prevé el ascenso de 11 oficiales al alto mando y el retiro de seis generales, entre ellos tres jefes de inteligencia.
El paso a retiro de Gustavo Abarzúa, actual jefe de la DINE, de Hugo Salas, ex jefe de la Central Nacional de Informaciones (CNI, la policía secreta de Pinochet) y de Eduardo Iturriaga, que fue uno de los altos mandos de la hoy disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) implica la salida de algunos de los generales que estuvieron más comprometidos en la represión durante la dictadura.
Los cambios en el alto mando coincidieron con el destape en la Prensa de una financiera clandestina, llamada la cutufa, que reunía y prestaba dinero a personal del Ejército durante el anterior régimen. Pinochet, que iba a tratar este tema con Aylwin, además de los ascensos, designó en la víspera al general Fernando Torres para realizar una investigación sumaria sobre la vinculación de militares con la financiera.
La 'cutufa'
Torres desmintió que el Ejército haya dado de baja a 16 oficiales por su relación con el caso. La cutufa fue creada por el capitán Patricio Castro, que bautizó esta financiera informal con el nombre de su perra. En ella participaron, como depositantes o receptores de préstamos, miembros de los aparatos de seguridad del anterior régimen y personas afines a éstos.
Castro, ex agente de inteligencia, se fugó a España. Es buscado en relación con el asesinato en julio de 1989 del empresario Aurelio Sichel, dueño de un restaurante. Sichel, otro miembro de la cutufa, había invertido cerca de 800.000 dólares en este negocio, según su viuda, Isabel Pizarro.
Otro capitán de Ejército, Gastón Ramos, que es sospechoso de haber captado fondos para la financiera, está detenido por giro de cheques sin fondos.
La juez que investigaba el caso, Mónica Tagle, murió hace una semana en un incendio en su automóvil, que la policía calificó de suicidio.
La viuda Pizarro y su abogado sostienen que Sichel fue asesinado después que intentó retirarse de la cutufa. Ellos han denunciado que la CNI allanó el domicilio del empresario para retirar documentos vinculados a la financiera e implican al ex jefe de operaciones de la CNI, Álvaro Corvalán, como uno de los beneficiarios de este negocio.
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