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La instalación más grande del mundo de rayos X se ultima en Grenoble

En 1994, los físicos, químicos y biólogos de 12 países europeos, incluida España, tendrán a su disposición las primeras ocho líneas diferentes de investigación del sincrotrón de Grenoble, la instalación más grande del mundo para obtener finísimos y potentes haces de rayos X con aplicaciones científicas e industriales. "Con esta máquina se podrán hacer experimentos sensacionales", afirma el físico español Salvador Ferrer, responsable de una de las líneas de investigación de este laboratorio, en el que España participa con un 4%.

"La potencia del sincrotrón europeo (ESRF) será tan grande en comparación con las máquinas existentes que nadie puede decir que resultados se obtendrán. Es como comparar una linterna con un láser", comenta Salvador Ferrer. En esta instalación se producirá un potente y finísimo haz de partículas, que los científicos utilizan como sonda para analizar la estructura interna, e incluso la posición de cada átomo, de materiales orgánicos e inorgánicos. También tiene aplicaciones industriales, por ejemplo para producir circuitos integrados de alta densidad, y en diagnóstico médico con grandes ventajas respecto a los rayos X tradicionales.La radiación sincrotrón se produce en los aceleradores de partículas: cuando los electrones o positrones corren a velocidades próximas a las de la luz en una órbita circular, emiten tangencialmente radiación electromagnética (desde el infrarrojo hasta los rayos X, los más interesantes en este tipo de instalaciones). En el ESRF habrá ocho, líneas de investigación diferentes en 1994, que llegaran a 30 en 1999, ampliables hasta 58.

"Durante muchos años hemos compartido las instalaciones con los físicos de partículas", explica el alemán Ruprecht Haensel, experto en radiación sincrotrón y director del ESRF. "Pero tenemos", afirma "necesidades contrapuestas y la demanda de haces de luz sincrotrón, es cada vez mayor".

Científicos españoles

El coste total de esta instalación europea, desde 1988 hasta 1999, es de casi 75.000 millones de pesetas, aportados en su mayor parte por Francia, Alemania e Italia. España, _que no dispone de ningún sincrotrón, participa con un 4% del presupuesto (3.000 millones de pesetas), lo que permitirá a los científicos españoles, que ahora trabajando con esta radiación en laboratorios europeos, utilizar la máquina de Grenoble, si sus proyectos se admiten por el comité de selección.

El ESRF, con un anillo de almacenamiento de 850 metros de circunferencia y muy alta energía, será la instalación más potente del mundo, aunque Japón ha anunciado la construcción de una similar y en Estados Unidos ,se prepara otra un poco mayor.

Las obras del ESRF van muy rápidas. En menos de un año se han construido los edificios para los aceleradores de partículas (uno lineal y otro circular), y está a punto de cerrar los últimos metros el anillo de almacenamiento, por el que circulará un billón de electrones o positrones. La maquinarla del acelerador lineal ya está preparada en París y se trasladará a Grenoble en enero'>de 1991. "Los presupuestos y los plazos de construcción se están cumpliendo exactamente" dice el director Jean Louis Laclare.

La experiencia adquirida en los aceleradores de partículas del CERN (Centro Europeo de Investigaciones Nucleares), en Ginebra, ha sido muy útil para los constructores del ESRK. "Nos ha beneficiado la relación del CERN con la industria europea", dice Laclare, "porque ahora en varios países hay fábricas implicadas en la producción de estos equipos". La maquinaria del ESRF es europea, y dos empresas españolas están haciendo soportes para los imanes y equipos electrónicos.

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