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El principio del fin

F. A. El historiador Joan B. Culla explica la vida de Companys en cuatro fotografías: 1.14 de abril de 1931. Las 13.36. Companys proclama la República ante una plaza vacía. 2. Horas después, esa misma plaza llena. Ha acertado con el sentido de la historia. 3. 6 de octubre de 1934. Las 20.00. Companys proclama la República Catalana ante una plaza llena. 4. Poco después la plaza está desierta y sólo el sonido de las botas de los soldados turba la paz de la noche. Se ha equivocado. A ello hay que añadir una imagen móvil que corresponda a los años finales de la vida de Companys desde que salió de la cárcel con el triunfo de la izquierda en febrero de 1936, hasta que murió en 1940.

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Desde el balcón

Tras el regreso a la presidencia de la Generalitat, Companys ve venir la guerra con desolación. El 18 de julio, es capaz de parar el golpe. De hecho, Barcelona es la única ciudad en la que los sublevados son derrotados militarmente, algo que el ejército vencedor nunca perdonó. Es ahí donde el historiador Josep Maria Solé Sabaté ve el origen de la sentencia de muerte. Mientras, la CNT se ha apoderado de 30.000 fusiles e impone su ley en la calle. Companys se enfrenta a los sindicalistas como puede, pero hasta mayo de 1937, no conseguirá el control. Mientras, aprovecha para librar más de 20.000 salvoconductos.

Cuando el Gobierno de la República se instala en Barcelona, Companys ve cómo las competencias de la Generalitat van siendo laminadas hasta el punto que le dice al presidente Juan Negrín: "Si Franco gana la guerra, suprimirá el Estatuto. Usted ya lo está haciendo". Tres días antes de abandonar la ciudad, Negrín oculta aún a Companys la verdadera situación del frente.

La soledad de Companys hasta el momento de abandonar la ciudad debió de ser intensa. Ni siquiera se fiaba de su escolta, dato que sólo recoge el texto del historiador Josep Benet, de próxima aparición. Por eso la noche antes de abandonar la ciudad llamó a Josep Andreu i Abelló y, según cuenta él mismo, le preguntó: "¿Tienes confianza en tu escolta?", ante la respuesta afirmativa, decide que saldrán juntos, lo que hace en la madrugada del 24 de enero. Antes, pasea por Barcelona para llegar hasta el Palau de la Generalitat. "¡Quién sabe cuándo lo volveremos a ver?", dice. Apenas 20 meses después, tras ser detenido en la Francia ocupada por las fuerzas alemanas y entregado al Gobierno de Franco, Companys es fusilado en Montjuic. Su último deseo fue muy simple: "No disparen a la cabeza". Lo hicieron al corazón.

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