Alan Parker regresa a 'Fama' con ritmo 'soul'

Como en Fama, el director de cine británico Alan Parker ha vuelto a hacer alarde de su fino olfato comercial. Aprovechando la moda de la música soul, está rodando una película cuya banda sonora incluye 22 canciones que repescan esa corriente de la música negra. Pero no son negros, sino pelirrojos, los intérpretes de The Commitments (Los Mandamientos), la historia de unos jóvenes, hijos de la clase trabajadora irlandesa, que forman una banda dispuestos a empapar Dublín de alma soul. Parker seleccionó entre 4.000 jóvenes a los 12 intérpretes de su película.

La banda sonora recupera temas clásicos en versiones modernas interpretadas por el grupo de 12 irlandeses reunidos por Parker después de meses de audiciones, sesiones de grabación y pruebas de imagen de los aspirantes, 500 de los cuales pasaron por el filtro del propio director. Un total de 22 canciones, que en los sesenta fueron interpretadas, entre otros, por Otis Redding, Aretha Franklin, Martha Reeves and The Vandellas, The Marvellettes, Marvin Gaye, Smokie Robinson, James Brown o The Four Tops, fueron escogidas de entre 300.Alan Parker leyó la novela The Commitments, del profesor de instituto irlandés Roddy Doyle, y asegura que quedó atrapado: "Me gustó su ambiente, su estilo y sobre todo su sentido del humor, que es muy irlandés, sabio y autoirónico, sarcástico en algunas ocasiones".El subtítulo del libro es La única novela con alma, o también La única novela con 'soul', y en la historia aparecen unos jovencitos que se reúnen dispuestos a formar un grupo. Lo que no saben es qué corriente musical seguir, aunque uno de los personajes, Jimmy, tiene claro que deben diferenciarse a toda costa de "los pajilleros con cortes de pelo raros" de la música pop. Deben buscar otro camino, que no es el del reggae sino el del soul, "la clase de música que mezcla el sexo con la política", según dice Jimmy en la novela, y que les permitirá crear una especie de sonido Dublin soul.Parker considera que la película no es sólo una comedia saludablemente graciosa acerca de unos jóvenes y la música, sino que también trata de reflejar a la clase trabajadora "y su desesperanza en esta ciudad".No es la primera vez que el director de El expreso de medianoche realiza una película musical; en su filmografia están El muro y Fama. "Temáticamente, esta película es muy diferente a Fama", dice Alan Parker. "Allí aparecían unos jóvenes norteamericanos que se servían de la escuela de artes en la que estudiaban para encontrar una oportunidad de lanzamiento al mundo del éxito. Y hay una diferencia entre éstos y aquellos: en América los jóvenes están programados para tener éxito, mientras que con estos irlandeses es totalmente diferente. La música para ellos es una salida personal para alcanzar otro mundo mejor que el suyo gracias a ella".Tras un mes de ensayos, el cineasta británico asegura que se está divirtiendo durante el rodaje. No tiene la presión de los grandes nombres -Robert de Niro o Mickey Rourke en El corazón del ángel, por ejemplo-, y dice sentir gran simpatía por sus intérpretes, ninguno famoso y cuya mentalidad, abierta y sincera, es distinta, en su opinión, a la de competitividad y derroche tan común en Estados Unidos.Y luego está el interés de Parker por la música soul, "ese periodo musical maravillosamente rico". "Yo creo que si se le pregunta a cualquier aficionado al pop qué es lo que está pasando, la respuesta será que ya no se componen buenas canciones", dice. "Da la impresión de que el rock and roll está en su tope creativo y que es necesario hundir de nuevo las raíces en la música negra norteamericana".