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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Un escudo para muchos caballeros

El mando militar británico se declara autónomo frente a las decisiones estratégicas norteamericanas

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Hasta el pasado fin de semana, nadie había discutido en Europa que los británicos se hubieran puesto a las órdenes de los norteamericanos. La coincidencia casi absoluta entre los planteamientos de Margaret Thatcher y George Bush y la rápida reacción de Estados Unidos ante la invasión iraquí de Kuwait hicieron que las tropas británicas fueran consideradas desde un principio una división más del ejército de las barras y las estrellas. Otros países europeos (la mayoría, incluida España), por el contrario, habían dejado muy claro desde el principio su autonomía de acción en la zona del conflicto, con o sin guerra.Pero esa luna de miel británico-estadounidense parece haber terminado, una vez que desde Londres han dado la orden (los políticos, por supuesto) de tener un mayor protagonismo en el Golfo. Ello explica la gira del ministro británico de Exteriores, Douglas Hurd, por varios países de la zona.

El comandante de las tropas británicas en el Golfo fue tajante en sus palabras. "No, not at all" ("no, de ninguna manera"), dijo con la mayor afectación británica posible al ser preguntado si él pertenecía al staff del general Schwarzskopf. En medio de la pista de aterrizaje de la base aérea Rey Abdulaziz, en Dahran, con más de 40º a pleno sol, muchos periodistas se quedaron helados ante esta confesión.

"Sigo siendo el responsable"

El general británico, el más laureado del Ejército de la Corona a sus 56 años, quiso dejar muy claro el asunto y siguió con sus explicaciones claramente premeditadas. "Los americanos", dijo, "estarán a cargo de las decisiones tácticas minuto a minuto, hora a hora, pero yo tendré que aprobar el plan general y tendré el derecho de aconsejar a los estadounidenses si no me gusta alguno de los aspectos del plan o de las tareas de mi ejército. Al final de cada día, yo sigo siendo el responsable de lo que suceda a las tropas británicas".

El mensaje estaba claro. El Reino Unido no ha enviado cerca de 10.000 soldados y gran cantidad de aviones y tanques al golfo Pérsico para actuar de comparsa de nadie, venía a decir el general, que vestía un elegante traje verde de camuflaje, con muchas condecoraciones, y una boina marrón clara. Tan sólo reconocía la autoridad última del comandante en jefe del Ejército saudí, Jalid Bin Sultan Abdelaziz (de 41 años), hijo del ministro de Defensa, al que, teóricamente, también debe consultar el general Schwarzskopf antes de lanzar un hipotético ataque. No en vano, Jalid realizó sus primeros estudios militares en la reputada escuela británica de Sandhurst.

Antes de terminar la conversación con los periodistas, De la Billiere hizo un último comentario sobre su colega norteamericano. "A Schwarzskopf le estoy empezando a conocer estos días", dijo inflando el pecho, "y mi primera sensación es que se trata de un gran soldado, y un hombre al que respeto y con el que me podré llevar muy bien.

No encuentro problema alguno para poder trabajar juntos".

Lo que no quiso precisar el general es cuándo estarán desplegadas por el frente las famosas ratas del desierto, aunque explicó que en breve llegarán a sus posiciones estos carros de combate y que "el ejército aliado está ya preparado para enfrentarse a cualquier situación que Sadam y los iraquíes puedan provocar". "Las posibilidades de éxito de Sadam son nulas e incluso sus posibles intenciones de atacar han ido disminuyendo día a día".

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