El carácter depende más de la herencia que de la educación, según los expertos
Los grandes rasgos de la personalidad y el carácter de las personas se deben principalmente a la herencia genética, y no a la influencia del entorno, según un estudio de la Universidad de Minnesota (EE UU) sobre 100 parejas de gemelos separados desde el nacimiento. La investigación, publicada en la revista Science, se considera la más importante de las realizadas hasta ahora para separar los efectos genéticos de los educativos en el desarrollo de los niños
Un estudio realizado en EE UU sobre hermanos gemelos idénticos criados por separado ofrece un nuevo respiro a los padres preocupados por la educación que dan a sus hijos, y replantea el viejo debate de la naturaleza contra la educación. La investigación es la mejor de una serie de estudios realizados para intentar diferenciar los efectos genéticos de los educativos en el desarrollo de un niño, y se vuelca claramente a favor de la genética.Los resultados indican que los grandes rasgos de la personalidad y el comportamiento se determinan en el breve instante en que los genes del padre y la madre se mezclan durante la concepción, estableciendo la vía básica que el niño tomará durante el resto de su vida. La educación, el entorno familiar, juega un papel mucho más pequeño, según este estudio realizado en la Universidad de Minnesota (EE UU) y publicado en el último número de la revista Science.
"En la mayoría de los rasgos de comportamiento investigados, desde los reflejos hasta la religiosidad, una parte importante de las diferencias entre las personas está asociada con la variación genética, y el entorno familiar juega un papel mucho menor", afirma el equipo de Minnesota, dirigido por el psicólogo Thomas Bouchard. "Esta nueva investigación ha encontrado una conexión más fuerte entre herencia y comportamiento que los trabajos anteriores", ha comentado Norman Krasnegor, del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (EE UU). "Los padres, probablemente, merecen mucho menos crédito cuando las cosas van bien y mucha menos responsabilidad por los problemas", ha afirmado.
Pero el estudio "no implica que la familia no imprima efectos duraderos", considera el grupo de Bouchard. Los padres pueden influir en los hijos si los maltratan o descuidan, y parece razonable, según los investigadores, que las familias decididas a lograr que sus hijos tengan ciertas cualidades personales, intereses o valores, puedan tener éxito.
El 70% del coeficiente de inteligencia se debe a los genes, la correlación más fuerte encontrada para cualquier característica, afirman los científicos de Minnesota. La herencia genética también es responsable de un 50% de las diferencias de personalidad, incluyendo la frecuencia con que una persona asiste a actos religiosos, y de un 40% de la variedad de intereses laborales. Del ambiente dependen las demás diferencias, pero los investigadores dicen que dos niños criados en la misma familia pueden no recibir la misma influencia. "El entorno moldea la personalidad, pero los genes determinan qué tipo de entorno se busca", ha señalado David Lykken.
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