Irak quiere que los Parlamentos árabes debatan la crisis del Golfo
Una delegación legislativa iraqui promovió ayer en Ammán la convocatoria de los Parlamentos árabes para debatir una solución regional y política al problema del golfo Pérsico que incluya la retirada de las fuerzas de EE UU y sus países aliados desplegadas en la zona. Un diputado jordano, Lalth Shbelilat, pidió al Gobierno que entregue a la población armas ligeras para defender el reino de un hipotético ataque israelí u "occidental".La llegada de los parlamentarios de Irak, presididos por Ghanem Azeez, se produjo inmediatamente después de que el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, concluyese una visita de dos días a la capital jordana en la que se entrevistó con el rey Hussein. Después de la audiencia real, Arafat, que había viajado a Ammán procedente de Bagdad, declaró: "Hay dos soluciones a la crisis del Golfo, una solución árabe y otra americana. El rey Hussein está por la fórmula árabe".
Los tres parlamentarios iraquíes, que abogaron por una salida negociada a la crisis e instaron a estudiar detenidamente la propuesta de la OLP, sostuvieron un breve encuentro con el presidente de la Cámara legislativa jordana, Araar Suleimán. El Gobierno jordano trata de evitar una escalada bélica y mantener la estabilidad de una nación que acata las resoluciones de la ONU contra Irak, y cuyos habitantes en gran parte de origen palestinocompran camisetas e insignias con la imagen de Sadam Husein y jalean la anexión de Kuwait.
Informe
Shbelilat, un independiente islámico, ha presentado un informe al Parlamento y al Gobierno sobre cómo organizar el apoyo popular al Ejército: "Hay que convertir a Jordania en una jungla de armas y sintonizar con nuestro vecino y hermano Irak, donde seis millones de personas [un tercio de la población] portan armas". Según su regla de tres, cada uno de los 3,5 millones de jordanos debería tener a su alcance un revólver, una pistola o un fusil.
El diario en inglés Jordan Times calificaba ayer como un suicidio "militar y político" la retirada incondicional de Irak en tanto se mantengan en el Golfo las unidades norteamericanas y las tropas de sus países aliados. "Es impensable que Irak llegue a considerar siquiera esta posibilidad" afirma. "Teniendo en cuenta que uno de los objetivos de Washington, declarado o no, es el derrocamiento del régimen de Sadam Husein y la destrucción de su arsenal, no es factible que Huseini decida servir su cabeza en bandeja sin presentar batalla", concluye.
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