La reina de Montparnasse

La fama que adquirió Kiki de Montparnasse resulta algo extraña. Hizo varias exposiciones, pero no se la puede considerar como una gran pintora; fue cantante en algunos clubes nocturnos y espectáculos diversos, pero no era una gran cantante; escribió y publicó sus memorias -quizá lo que más haya contribuido a su fama-, pero no fue una gran escritora. Lo que todos reconocen es que fue principalmente una modelo para la mayor parte de los artistas de entonces y, sobre todo, una gran amiga de todos ellos. Ella se encargó además de propagar durante toda su vida que era una gran amante.Ernest Hemingway escribió el prólogo de su autobiograflia. "Antiguamente podía saberse quién trabajaba y quién no, simplemente echándole una rnirada a los holgazanes que se iban a tomar un café a media mañana... Siempre resultaba agradable encontrarse con Kiki después del trabajo. Tenía un cuerpo maravillosamente bello y una voz muy agradable, una voz que hablaba por sí misma y que no resultaba cantarina. Sin ningún género de dudas, Kiki reinó en esta era de Montparnasse con mucha más fuerza de la que nunca fue capaz la reina Victoria a lo largo de toda su existencia".