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ESPACIO

El presidente de Arianespace achaca los fallos de la NASA a su falta de definición

Los problemas técnicos de la NASA pueden deberse a que compagina la investigación y desarrollo con la explotación comercial, opina Charles Bigot, presidente de Arianespace, fabricante y explotadora de los cohetes Ariane. Bigot preside hoy en Sevilla el consejo de administración de la empresa, que se celebra por primera vez en España

El nuevo presidente de Arianespace aprovechó su paso por Madrid para entrevistarse con los gestores del programa Hispasat, los dos satélites españoles que serán lanzados por cohetes Ariane en 1992, Bigot, de nacionalidad francesa, reiteró la disposición de su empresa para lanzar el primer satélite en el segundo trimestre de 1992 y el segundo en la segunda mitad del año.Desde su posición en el mercado de lanzamientos, del que acapara más del 50%, el presidente de Arianespace reconoció que los fracasos están previstos en el programa elaborado cada cinco años. "Contamos con que se puede producir un fracaso cada 15 lanzamientos", afirmó. El último, que provocó la destrucción del cohete y de su carga en febrero de 1990 y que hizo circular rumores de sabotaje, reiteradamente negados por la empresa, retrasó dos meses y medio el programa de este año. "Sin embargo, hemos lanzado 31 satélites en tres años y eso es un récord en la historia de los lanzamientos civiles", señaló Bigot.

"Es injusto hablar de fracasos respecto a la NASA", dijo también. "Desde la tragedia del Challenger no han tenido ningún fracaso en vuelo. Respeto los incidentes técnicos que se les presentan y creo que van a solucionarlos". Bigot, que es ingeniero aeronáutico, añadió que las fugas de hidrógeno, el problema actual de los transbordadores, son muy difíciles de resolver. Una de las posibles razones de tales desajustes, en su opinión, es que en Estados Unidos no se ha separado la parte de investigación y desarrollo de sistemas de transporte espacial de la parte puramente comercial de explotación: El lanzamiento de cohetes es un club muy cerrado en el que cualquier posible ingreso es visto con des confianza. A los tradicionales escarceos entre Estados Unidos y Europa se añade ahora la competencia china y la soviética pero a Arianespace le preocupa especialmente el proyecto de una empresa estadounidense de poner en órbita satélites por medio de cohetes soviéticos lanzados desde una base situada en Australia. Bigot subrayó ayer que es un proyecto irregular y no estamos dispuestos a aceptar, porque hundiría probablemente los precios de los lanzamientos.

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