Surrealismo en Arabia Saudí
Si la guerra se retrasa varias semanas, cosa que parece bastante probable, las autoridades saudí-norteamericanas tendrán tiempo para instalar semáforos en el-desierto y repartir máscaras antigás entre sus habitantes dromedarios.El tráfico es cada día más intenso. Ahora ya no se ven tanques ni cañones avanzando hacia el frente. Ya fueron instalados. Se ven flamantes, .duchas con depósito individual para refrescar a las tropas. Pero las tropas estadounidenses deben ir con pies de plomo. El pasado fin de semana, 500 soldados fueron invitados a un espectáculo de variedades a cargo del Concernet Western Citizens, grupo interesado en levantar la moral de los muchachos.
Las autoridades saudíes se escandalizaron. Acto seguido, el mando militar norteamericano prometió no asistir en el futuro a espectáculos de esta índole.
El Gobierno de Arabia Saudí mandó al príncipe Mohamed Bin Faisal Bin Tuiki, uno de los 500 príncipes emparentados con la familia real, a explicar a la prensa algunos puntos del Corán. Este príncipe es responsable de los asuntos islámicos en EE UU.
Como lo cortés no quita lo valiente, ensalzó primero las virtudes de la eficacia y diligencia en el trabajo occidentales y, a renglón seguido, el príncipe defendió los postulados religiosos que obligan a las mujeres saudíes a vestir como momias vivientes, y a los varones, a ataviarse con camisón blanco todo el día, para pasear cogidos de la mano.
El multimillonario traficante de armas A. Kashogui, libre cual pájaro en su avión privado sobre las aguas del Golfo, aterrizó días,atrás en Daliran (de riguroso incógnito) y fue visto en el hotel Meridien reanudando sus actívidades con el Ministerio de Defensa saudí. Esto añade un toque surrealista a este lugar.
Sin embargo, el plato fuerte aún está por venir. Mañana llega a Riad una delegación del Parlamento Europeo y José María Ruiz Mateos es el único español en la lista.
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