Montse Sierra, la niña afectada por el sida, tiene cinco nuevos compañeros
Montse Sierra, la niña malagueña de cinco años afectada por el virus del sida, asistió ayer a su primer día de clase junto a cinco nuevos compañeros sin que se repitieran los incidentes del pasado curso originados por el rechazo de los padres del resto de alumnos a la escolarización de la menor.
El colegio público de EGB Pintor Denis Belgrano de la capital, a donde acude la pequeña, ha reducido de 190 a 150 el número total de matriculaciones para este curso, mientras que en el aula de la niña la presencia de escolares se redujo al 37% de los inscritos el pasado mes de junio.Pocos minutos antes de que el centro abriera sus puertas, a las 9.00 horas, Montserrat Sierra junto a sus cuatro primos y su tía, Carmen Martínez, accedía al colegio ante la actitud silenciosa del resto de las madres. "Las miradas son libres", comentó la tutora de la menor, que se lamentó: "No ha habido jaleo, pero han faltado muchísimos niños.".
Con ojos que denotaban satisfacción, la niña se sentó en una mesa de su aula junto a dos compañeros. Al lado otra mesa con tres alumnos completaba el cupo de asistencia el primer día. Faltaron diez niños.
Una vez en su casa Montse mantuvo una breve comunicación telefónica con un redactor de EL PAIS. Montserrat repetía una y otra vez: "Muy bien, muy bien. Me lo he pasado muy bien, he jugado con los niños", Y comentó: "Me gusta un niño que está en mi clase pero no sé su nombre". Más tarde insistió: "Tenía ganas de volver para aprender y tener muchos amigos".
La puerta principal del centro escolar permaneció durante toda la mañana cerrada con un candado mientras se impedía a los fotógrafos la toma de instantáneas en el interior del recinto y en la única aula de preescolar.
Poco antes de las 9.30 una pareja del Cuerpo Nacional de Policía se presentaba en el lugar para interesarse por posibles incidentes. Al comunicar los profesores que todo era normal, se retiró la vigilancia.
Menos matrículas
Manuel Villalobos, director de la escuela, señaló que "el clima de tensión" había cambiado respecto al pasado año y se escudó en el descenso del número de escolares en Málaga durante este curso para explicar que de las 190 matriculaciones en 1989 ahora el centro sólo tenía inscritos a 150 alumnos. "También influyó ese factor", dijo, refiriéndose a la enfermedad del sida que padece Montserrat Sierra. Agregó: "Los padres tienen todavía el miedo del que hablábamos el año pasado y eso les hace que no traigan a sus hijos a la escuela o que los cambien de centro", puntualizó.
Por otra parte, la Asociación Pro Defensa de los Derechos del Niño (Prodeni) gestiona la matriculación de otro menor enfermo de sida, que cumplirá seis años en octubre, según confirmó su presidente, José Luis Calvo, que no quiso revelar la identidad del menor. El pequeño, de nombre Juan, contrajo la enfermedad de su madre, que es drogadicta. En la actualidad reside con su abuela, hasta ahora reacia a escolarizarlo, y que ha advertido que "retiraría al niño del colegio si su nombre sale en la prensa".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.