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La URSS y Alemania firman un tratado de amistad

Soviéticos y alemanes rubricaron ayer un tratado de amistad y cooperación, mientras el Kremlin negociaba con el representante de Washington la reducción de las armas convencionales en Europa y el secretario del Foreign Office, Douglas Hurd, iniciaba una visita oficial a la URSS. Ésta ha sido la secuencia de la actividad diplomática ayer en Moscú tras la firma el miércoles del tratado para la unificación de Alemania. En las reuniones bilaterales se continuaron puliendo los detalles del marco general del nuevo orden europeo para el tercer milenio.

Alemania, recuperada su soberanía, dio ayer un nuevo paso hacia el establecimiento de su posición en la futura casa común europea propuesta por el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov. El jefe de la diplomacia de Bonn, Hans-Dietrich Genscher, y el ministro de Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, rubricaron en Moscú el tratado de amistad y cooperación entre los dos países. Este tratado -que en algunos gctores ha levantado recelos al despertar el recuerdo histórico de anteriores alianzas entre las monarquías rusa y prusiana o, más concretamente, el famoso Tratado de Rapallo, firmado en 1922, en esta localidad italiana, entre la República de Weimar y el Estado salido de la revolución bolchevique- supone de hecho una declaración de paz. El documento contempla que ambos países nunca iniciarán una agresión contra el otro y una declaración bilateral para la reducción de sus arsenales.

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Según Genscher, el tratado -que tendrá una duración de 20 años y podrá ser prolongado- lleva a nuestros dos países hacia el siglo XXI marcado por la responsabilidad, la confianza y la cooperación". Shevardnadze, por su parte, subrayó que el documento "marca una nueva etapa en las relaciones soviético-germanas" y constituye "un viraje tanto por su espíritu como por su contenido". "Es la carta de nuestra vida en la transición al siguiente milenio", declaró. Acordado entre el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y el canciller Helmut Kohl durante la visita de este último en el Cáucaso en el mes de julio, el tratado lo firmarán ambos dirigentes después del 3 octubre, fecha de la unificación de Alemania.

Por otro lado, Shevardnadze y el secretario de Estado norteamericano, James Baker, continuaron aproximando sus posturas para hacer posible la firma del tratado para reducir las armas convencionales en Europa, que ambos países desean firmar en la cumbre de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa el próximo 19 de noviembre en París.

El principal tema de las conversaciones fueron "las dificultades que surgen al tratar de solucionar los problemas de la reducción de las armas convencionales", declaró ayer un "alto diplomático" a la agencia oficial soviética Tass. Las partes tratan de encontrar "enfóques frescos" a los problemas de la aviación y el nivel de las Fuerzas Armadas, que son los puntos en los que por el momento no se ha podido llegar a un acuerdo.

"No se trata de concesiones, sino simplemente de combinar razonablemente los intereses de una y otra parte tomando en cuenta la situación que se está creando", dijo el diplomático, quien adelantó que, aunque nadie "rendirá sus posiciones, ambas partes darán determinados pasos".

Las nuevas proposiciones que, como Shevardnadze dijo el miércoles, la Unión Soviética hará en los próximos días en las conversaciones de Viena se referirán al nivel de las Fuerzas Armadas, según fuentes cercanas al ministro. Shevardnadze y Baker también discutieron la crisis del Golfo, concretamente las medi das internacionales suplementa rias que se pueden tomar. Este tema, que también se discutió con Gorbachov, es de gran actualidad, ya que Baker partió de Moscú rumbo a Damasco, don de hoy se entrevistará con el pre sidente sirio, Hafez al Asad.

Junto con Baker, Gorbachov recibió ayer al secretario norte americano de Comercio, Robert Mosbacher. Después de la reunión, Gorbachov declaró que podría celebrar una nueva cumbre con George Bush antes de fin de año. "Creo que nos encontraremos de nuevo si nuestros ministros no nos lo echan a perder" dijo el líder soviético, mientras posaba con los secretarios estadounidenses para los fotógrafos.

[La ciudad de Ust-Kamenogorsk, de 300.000 habitantes, en la república soviética de Kazajstán, se encuentra prácticamente paralizada tras la explosión ocurrida el miércoles en una fábrica de combustible nuclear, informa Efe].

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