Arabia Saudí reserva camas de hospital para el caso de que estalle la guerra
El 40% de las camas del hospital Rey Fahd, en Dabran, uno de los más modernos de Arabia Saudí, permanece desocupado en previsión de que, si estalla la guerra, sean ingresadas aquí las primeras víctimas civiles. La demanda de camas que no se considere urgente está siendo atendida por otros hospitales alejados de la zona del conflicto, lo cual crea problemas de organización al Ministerio de la Salud. Asistencia médica y educación son enteramente gratuitas en Arabia Saudí.
En declaraciones concedidas ayer a EL PAÍS, el director médico de este ultramoderno hospital universitario (con capacidad de 430 camas atendidas por 300 médicos y 550 enfermeras), reveló que acaba de ponerse en acción el llamado plan de desastre, que incluye entre otras medidas, el reforzamiento máximo del banco de sangre. "Las donaciones son voluntarias y exclusivamente de saudíes, en su mayoría estudiantes. Hemos dejado de importar plasma de Estados Unidos y de Europa, tal como veníamos haciendo en este país, después de detectar algunos casos de sida", afirmó el doctor Akram Alkhadhara.Desde el pasado día 10 se están produciendo alistamientos voluntarios de mujeres para desempeñar trabajos en los hospitales de todo el país, tal como autorizó el Gobierno siguiendo una iniciativa del monarca. Oficialmente no se han facilitado cifras de la respuesta que ha merecido la llamada gubernamental. Pero en este hospital de Dahran, cuyas instalaciones., funcionamiento e higiene son equiparables a los mejores hospitales occidentales, se decidió invitar antes que a nadie a las esposas de médicos y otro personal sanitario para que sigan cursos intensivos de primeros auxilios y evacuación.
En el supuesto de que Irak desencadenara un ataque con armas químicas o bacteriológicas, el hospital no estaría en condiciones para afrontarlo. "Carecemos de una sección de descontaminación. Las autoridades han prometido el reparto de máscaras [se ha hablado de una importación de cuatro millones], pero todavía no las tenemos", afirma el doctor Alkhadhara. Se aplicaría inmediatamente la medida de cerrar el aire acondicionado, a pesar de que la temperatura exterior llegue a los 35 grados. Durante dos horas al menos nadie abandonaría el hospital si no va adecuadamente equipado con la máscara y el traje antigás.
Según el director de este centro, no más de medio centenar de empleados solicitaron rescindir sus contratos. De éstos sólo 20 se han ido a lugares más seguros. "Confío que la guerra no estalle, pero si eso se produce conservaremos la calma".
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