El Parlamento Europeo concede plenos poderes a la Comisión para el ingreso de la RDA en la CE

ENVIADO ESPECIALEl pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer en Estrasburgo, por una gran mayoría, conceder a la Comisión Europea poderes excepcionales para que ésta apruebe, con carácter provisional, medidas para la integración de la República Democrática Alemana (RDA). En la votación se pronunciaron en contra 35 eurodiputados (verdes y gauilistas franceses), 257 apoyaron la decisión, mientras 6 optaron por la abstención.

La unificación alemana, adelantada al próximo 3 de octubre, ha sorprendido a las instituciones de la CE, que se ven ahora obligadas a acudir a esta vía de urgencia para hacer cumplir el derecho de la Comunidad en el nuevo territorio integrado. La incorporación de la RDA costará al resto de los socios, incluidos los países pobres como España y Portugal, 65.000 millones de pesetas al año.La unión alemana ha vuelto a romper el calendario de la CE. La aprobación del paquete de medidas transitorias a aplicar a la actual RDA como nuevo territorio comunitario estaba prevista para finales de año. El adelanto de la unificación al 3 de octubre ha obligado a un pacto entre las tres instituciones de la CE (Consejo de Ministros, Comisión Europea y Parlamento Europeo) para solucionar este desfase del calendario. El Parlamento votó ayer, en primera lectura, la concesión de poderes especiales para que la Comisión pueda tomar decisiones hasta que el periodo transitorio a aplicar a la RDA sea concertado.

"Las circunstancias excepcionales necesitan procedimiento excepcionales", explicó el eurodiputado democristiano Adrien Zeller al explicar el voto favorable de su grupo al informe elaborado por Alan Donnelly, del grupo socialista. Sin embargo, la Eurocámara puso tres condiciones a este cheque en blanco: claridad presupuestaria en los gastos que la Comisión aplique a la RDA, límite hasta el 31 de diciembre para estos poderes especiales y asociación del Parlamento Europeo a este procedimiento. Sólo si el Consejo de Ministros de la CE, que con carácter especial se reúne hoy en Bruselas, aprueba estas condiciones, el Parlamento promete su nuevo voto favorable, en segunda lectura, en el debate convocado para el jueves.

La secuencia de reuniones -en tres días se cumple un procedimiento que habitualmente se demora meses- da idea de la urgencia que la unificación alemana ha adquirido para la CE.

Debate de fondo

La decisión de ayer, puramente formal, no evita el debate de fondo, que se realizará en el pleno de octubre para definir las condiciones del ingreso de la RDA. Las características del periodo transitorio tendrán que ser aprobadas por los tres poderes de la CE, aunque la Comisión podrá ir adelantando medidas. Según las previsiones expuestas ayer por Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, el 80% del derecho comunitario será aplicado directamente a la RDA.

Para el resto, se fijarán condiciones especiales de adaptación, especialmente en protección del medio ambiente. El territorio de la RDA contará hasta 1996 con normas menos rígidas para permitir acercarse a unos estándares europeos desde una situación catastrófica, determinada porque el 80% de la energía eléctrica es producida por centrales térmicas muy contaminantes y porque sólo un 20% del agua es potable. También los sectores químico, farmacéutico, la pesca y la agricultura recibirán un trato especial.

La incorporación de la RDA proporcionará a través del IVA y de las rentas de aduanas 1.500 millones de ecus (195.000 millones de pesetas) de ingresos anuales extra a la Comunidad. A cambio, los Doce tendrán que contribuir con unos 260.000 millones de pesetas (la mitad para el sector agrario y la otra mitad para ayudas al desarrollo) al nuevo socio. Numerosos eurodiputados expresaron ayer su preocupación para que este desfase de 65.000 millones de pesetas no se dispare y no perjudique al resto.

Enrique Barón, presidente de la Eurocámara, manifestó que ese conjunto de la Comunidad, incluidos los países pobres como Portugal, Grecia, Irlanda y regiones de España, será quien pagará por la unificación alemana en nombre de la solidaridad europea". En su opinión, "es imprescindible que esto no afecte a las ayudas comprometidas para estos países beneficiarlos: si la Comunidad quiere hacer más, hace falta poner más dinero".