La crisis de un actor
El premio cinematográfico especial que le otorgará el festival a Omar Sharif, miembro del jurado, y la presentación, fuera de concurso, del último filme que interpreta, El ladrón del arco iris, de Alejandro Jorodowsky, son para el actor egipcio (Lawrence de Arabia, Doctor Zivago), un gran incentivo.A sus 57 años, y con más de 38 de experiencia profesional, Sharif regresa a los ritmos intensivos de trabajo, tras haber pasado un periodo dificil. "Existe siempre un momento de crisis e incertidumbre en la vida de un actor, cuando se alcanza una cierta edad en la que no eres joven pero tampoco viejo. Yo no soy la excepción. Después de haberlo experimentado durante cinco años y de haberlo superado por completo, me siento más vital y entusiasta. Además, los directores han comenzado, sin temor ninguno, a proponerme la interpretación de personajes ancianos, más acordes a mi edad".
Tras su participación en la serie televisiva Mujercitas, de Gianfranco Albano, y Viaje de amor, de Tonino Guerra, Sharif vuelve a la pantalla con El ladrón del arco iris, que le ha dado la satisfacción de trabajar nuevamente junto a su viejo y gran amigo Peter O'Toole: "Cuando rodamos Lawrence de Arabia, yo acababa de llegar de El Cairo y era aún un novato. Peter, en cambio, era ya un actor conocido de teatro y de cine. Vivimos juntos dos años en el desierto, compartiendo la misma carpa, las mismas experiencias, e, inclusive, personajes similares".
Sharif se muestra preocupado por la crisis del Golfo: "Todo es incierto aún. Sea cual sea su desenlace, producirá inevitablemente un cambio en el mundo árabe. Existe el grave riesgo de que los países pobres consideran a Sadam un héroe y no un demente, como se está ya verificando en Jordania y en Egipto. Por desgracia, es un conflicto sin solución, un laberinto sin salida".
