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El primer medio siglo del arte moderno se exhibe en el Palazzo Grassi de Venecia

Parte de esta exposición del Museo Guggenheim se mostrará en España en enero

Juan Arias

Desde Van Gogh a Picasso, desde Kandinsky a Pollock es el título de la exposición de pintura y escultura moderna, procedente de la colección de Salomón R. Guggenheim, en Nueva York, que será inaugurada esta tarde en el Palazzo Grassi de Venecia, con la presencia de Gianni Agnelli, presidente de Fiat y mecenas de dicha prestigiosa institución artística y cultural. La colección abarca el arte moderno desde el cubismo hasta el expresionismo y del arte abstracto al surrealismo. Parte de esta exposición se verá en España en enero.

La nueva iniciativa de Palazzo Grassi, que en pocos años se ha acreditado como uno de los centros mundiales de mayor interés en el ámbito de las exposiciones de arte, es como un paseo fantástico a través de la pintura que ha marcado la era contemporánea y que por vez primera ha desembarcado en Europa procedente de la colección de Salomón R. Guggenheim, una de las más prestigiosas del mundo y que abarca todo el arte moderno desde el cubismo al expresionismo y del abstractismo al surrealismo.La nueva exposición que presenta Palazzo Grassi y que estará abierta al público desde mañana al 9 de diciembre próximo cuenta con 150 obras, pinturas y esculturas todas ellas de la primera mitad de este siglo, que ayer los críticos internacionales pudieron admirar a puerta cerrada. La primera parte de la muestra, que representa con unas 30 obras una selección de impresionistas y posimpresionistas procede de la colección que Justin Thannhauser, uno de los mayores comerciantes de pintura impresionista francesa había prestado al Guggenheim Museum de Nueva York y que a su muerte quedó allí para siempre.

Esta primera sección se abre con La mujer de pelo amarillo de Picasso, de 1931. Y ya allí se embotellaron ayer los periodistas extranjeros sin excesivas ganas de moverse. Y eso que el banquete iba a ser suculento ya que le seguían otros platos no menos fuertes como Las flores de Renoir; La mujer ante el espejo de Manet; El hombre y el caballo de Gauguin; siete pinturas y dibujos del gran Van Gogh como el extraordinario Montañas en Saint-Remy de 1889; varios cuadros de Cézanne, el padre de la pintura moderna y otra vez Picasso joven con una exhibición de variedad cromática impresionante, desde el rosa de Las flores en el vaso, al celeste de El loco y el perro azul, al gris acero de La planchadora, al rojo, negro y amarillo de El molino de la Galette. Se podía tocar con mano lo que el gran pintor español había dicho una vez: "En mis pinturas hago lo que quiero y las cosas y los colores, lo siento, deben adaptarse". Parte de esta exposición será exhibida en el Centro Reina Sofiía de Madrid a partir de enero.

En Madrid

Carmen Giménez, que trabaja para el Guggenheim de Nueva York y que organiza la exposición de Madrid explicó ayer que es la primera vez que en 20 años dichas obras salen de Nueva York. Se ha querido hacer una excepción con Venecia, explicó, porque esta ciudad está doblemente relacionada con el museo Guggenheim norteamericano. Primero, Peggy Guggenheim, la multimillonaria norteamericana, enamorada de Venecia, trasladó a esta ciudad su preciosa colección que al final acabó contra su voluntad en Nueva York enriqueciendo la colección de otro Guggenheim, Salomón, aunque bajo la condición de que las obras italianas se quedasen en el museo veneciano. Muchas de dichas obras italianas de la Peggy Guggenheim de Venecia, que no figuran en esta muestra de Palazzo Grassi viajarán en cambio a Madrid. "La muestra madrileña", ha dicho Giménez, "será por ello algo diferente de esta de Palazzo Grassi pero no menos rica".

Más información en el suplemento de Artes

El deseo de 'europeizarse'

Thomas Krens, director de la colección Salomon Guggenheim de Nueva York, presente ayer en Venecia para asistir esta tarde a la inauguración de la muestra, dijo que la institución norteamericana que dirige desea "europeizarse".Lo afirmó respondiendo a una pregunta de EL PAÍS acerca del significado de esta colaboración Palazzo Grassi-Fiat-Guggenheim. "Yo espero que dicha colaboración no sea esporádica sino que se robustezca, porque nosotros tenemos puestos los ojos en Europa y querríamos que el mismo peso que Guggenheim posee ya en los Estados Unidos lo alcance también en este continente europeo".

Y es que la Salomon Guggenheim estuvo emparentada con Europa desde que Peggy Guggenheirri la multimillonaria norteamericana, por amor a la ciudad, trasladó a Venecia su preciosa colección de arte contemporáneo y fue considerada por tanto una americana europeizada.

La Guggenheim que ahora quiere desembarcar no sólo en Europa sino también en Asia -de ahí el que la muestra de Venecia, además de a Madrid, viajará también a, Tokio- ha sabido siempre conjugar su interés por la pintura abstracta con la surrealista.

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