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LA CRISIS DEL GOLFO

Baker propone un organismo árabe similar a la OTAN

Estados Unidos pretende asegurarse una presencia militar permanente en Oriente Próximo con la creación de un sucedáneo árabe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), destinado a garantizar la estabilidad en la zona, incluso si Irak se retira de Kuwait. IA idea de una nueva "estructura de seguridad" para la región fue lanzada ayer, por segundo día consecutivo, por el secretario de Estado norteamericano, James Baker. La agencia de noticias iraquí Ina hizo inmediatamente un llamamiento a "los musulmanes y a los hombres íntegros de todo el mundo, para que hagan fracasar ese compló".

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En dos comparecencias sucesivas, el martes y el miércoles, ante los comités de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes y de¡ Senado para explicar los objetivos de la presencia militar de EE UU en el Golfo Baker insinuó la posibilidad de crear una especie de Alianza Atlántica a escala árabe, para impedir futuras agresiones del presidente iraquí, Sadam Husein.Sin entrar en detalles de cómo se podría montar esa alianza Baker se pronunció a favor del establecimiento de "una nueva estructura regional de seguridad [en Oriente Próximo], como única forma de evitar agresiones parecidas a la perpetrada por Irak".

"Ciertamente, nosotros deberíamos jugar algún papel [en esa estructura], y, por tanto, habría alguna presencia continuada nuestra [en la zona], que quizá no fuera terrestre, sino naval" añadió Baker.

El secretario de Estado declaró en el Senado que el derrocamiento de Sadam. Husein no figuraba entre los objetivos norteamericanos, aunque Washington no derramaría lágrimas si el pueblo iraquí se pronunciara por un nuevo líder. "La estrategia de Estados Unidos consiste en liderar una alianza global para aislar totalmente a Irak", añadió.

Como el presidente Bush en otras ocasiones, Baker negó las afirmaciones de Sadam Husein y otros líderes árabes, de que el despliegue militar de EEUU estuviera motivado por la protección del suministro de petróleo o de intereses inmobiliarios.

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En la misma línea, Baker declaró al Senado que lo que estaba en juego en el Golfo "no es simplemente la limitada cuestión del suministro de petróleo de Irak y Kuwait". "A lo que nos enfrentamos es a un dictador que, actuando en solitario y sin provocación, podría estrangular el orden económico mundial, decidiendo por sí mismo si el mundo entra en una recesión o en la oscuridad de una depresión", añadió Baker. En sus dos intervenciones ante el Congreso, el secretario de Estado elogió la actitud adoptada por la Unión Soviética -"un socio responsable"- desde el comienzo de la crisis.

El secretario de Estado norteamericano, que tiene previsto de tenerse el próximo lunes en Bruselas, para informar a la Alianza Atlántica sobre el resultado de la cumbre del domingo en Helsinki, criticó, sin embargo, la continua da presencia en Irak de 193 asesores militares soviéticos.

Mientras, tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado reaccionaron con frialdad a la propuesta realizada el pasado martes en Viadivostok por el ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Edvard Shevardnadze, de convocar una conferencia internacional para discutir en profundidad los problemas de Oriente Próximo, incluido el conflicto árabe-israelí, los palestinos y la situación en Líbano.

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