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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Unidad consensuada

POR FIN la unificación de las dos Alemanias se va a realizar mediante un consenso, no sólo entre Bonn y Berlín Este, sino entre la coalición de Gobierno presidida por Kohl y el partido socialdemócrata (SPD). Ha sido preciso superar muchos obstáculos hasta la firma solemne del Tratado de la Unión, que tuvo lugar ayer en Berlín, en el edificio del antiguo Reichstag. Obstáculos derivados de la enorme dificultad de ensamblar en un Estado, y en un plazo brevísimo, a dos países que han estado separados durante 45 años. Y agravados, además, por el clima electoral en que están inmersos desde hace meses todos los partidos políticos, lo que favorece la tentación de actuar con criterios electoralistas en asuntos de Estado.En términos estrictos, el tratado firmado ayer no es el que decide la unidad alemana. Esta unidad era ya cosa hecha -con fecha para su entrada en vigor: el 3 de octubre- desde el momento en que el Parlamento de la República Democrática Alemana (RDA), el pasado 23 de julio, votó la incorporación a Alemania Occidental, en función del artículo 232 de la Carta Fundamerital de la República Federal de Alemania (RFA). Pero la unidad, una vez decidida, se podía realizar de dos formas: con un tratado para regular la adaptación de la RDA a la legislación de la RFA, o sin tratado). Y Kohl amenazó con esta segunda alternativa en momentos de dificultad para un consenso sobre purtos conflictivos del tratado, lo que hubiese significado la imposición a la RDA de la legislación occidental mediante una simple "ley de transición" votada por el Parlamento de la RFA. La ventaja del tratado firmado ayer -un extenso documento elaborado durante meses por políticos y técnicos de las dos Alemanias- es que contiene un plan de reformas, y sus plazos correspondientes, para una integración preparada por las dos partes, y por tanto con un mínimo de traumas.

Al incluir varias reformas constitucionales, el tratado necesita, para su aprobación en el Bundestag (Cámara baja del Parlamento), los votos del SPD. Ello ha llevado a una negociación entre el Gobierno de Kohl y la oposición, en la que el asunto del aborto ha resultado el más conflictivo: si en la RFA éste se halla sometido a serias restricciones legales, en la RDA se practica libremente en las 12 primeras semanas de embarazo. Presionado por la Iglesia católica y por la derecha de su partido, Kohl quería penalizar, durante la fase de transición, a las mujeres de la RFA que fuesen a abortar a la RDA. Pero se opusieron a esa tesis no sólo el SPI) y los liberales, sino un sector de su propio partido. Al final ha triunfado la tesis de estos últimos: después de dos años de coexistencia de los dos sistemas se elaborará una nueva ley. Y con toda probabilidad, cuando llegue ese momento, en 1992, la práctica misma propiciará una legislación más liberal de la vigente hoy en la RFA.

La repercusión que este debate ha tenido en la opinión pública indica hasta qué punto la unificación no es sólo un hecho político. Tiene una evidente dimensión sociológica y cultural. La separación durante 45 años de gran parte de la Alemania del Norte y del Este ha determinado en la RFA un peso preponderante del catolicismo y de los rasgos culturales de la Alemania del Rin, más abierta a las tradiciones del sur y oeste de Europa. Entre los alemanes de la RDA, por el contrario, el peso del catolicismo es mínimo en relación al del protestantismo. Un protestantismo, por otro lado, muy activo en política, como se comprueba a la vista del elevado número de pastores con cargos de ministros o de dirigentes de partido.

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Después de un proceso sorprendentemente rápido -la caída del muro se produjo el 9 de noviembre-, están ya fijadas las cuatro fechas que completarán el paso a una Alemania unida: el 12 de septiembre, en Moscú, la conferencia dos más cuatro devuelve su plena soberanía a Alemania; el 4 de octubre, Fiesta de la Unidad; el 14 del mismo mes, elecciones en los cinco länder de la antigua RDA, y finalmente, el 2 de diciembre, elecciones en la Alemania reunificada, de las que saldrá un único Parlamento.

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