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GUERRA EN EL GOLFO

Washington se muestra pesimista sobre la mediación que inicia Pérez de Cuéllar

El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, sale hoy con dirección a Oriente Próximo para intentar una casi imposible gestión mediadora en la crisis del Golfo, dificultada aún más ayer, por la decisión de Bagdad de convertir a Kuwait en una provincia del Estado iraquí. Entretanto, los primeros tanques pesados norteamericanos, los mortíferos M-1, indispensables para cualquier acción ofensiva contra Irak, comenzaron a ser descargados ayer en territorio saudí.La impresión en Washington sobre las posibilidades de éxito de Pérez de Cuéllar, el veterano diplomático peruano de 70 años que ha jugado un importante papel en el pasado como mediador en los conflictos de Afganistán y en el acuerdo de alto el fuego entre Irán e Irak, era francamente pesimista.

El propio presidente George Bush reflejó ese pesimismo en una declaración hecha el lunes tras entrevistarse con el primer ministro canadiense, Brian Mulroney, invitado a unas cortas vacaciones con su familia en la residencia veraniega presidencial de Kennebunkport. El presidente norteamericano dijo que sus expectativas de encontrar una salida negociada al conflicto eran prácticamente nulas.

El presidente norteamericano, que tuvo palabras de elogio para la capacidad negociadora y la experiencia del secretario general, no dejó ninguna duda sobre lo único que Washington espera de las conversaciones de Pérez de Cuéllar, que se entrevistará mañana en Aminán con el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Tarek Asís: conseguir la retirada de las tropas de Bagdad de Kuwait y la liberación de los extranjeros retenidos contra su voluntad en Irak. Cualquier otra iniciativa sería "inconcebible" para Estados Unidos.

"Sería inconcebible para mí pensar que el secretario general, un diplomático experimentado y un buen político, intentara otra cosa [que el cumplimiento por parte de Bagdad de las cinco resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas]", añadió George Bush.

El secretario general, por su parte, reconoció el lunes en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York que su campo de acción era escaso y limitado y que en su reunión con Asís intentaría convencer al dirigente iraquí para que Irak procediese al "cumplimiento total" de las resoluciones números 660 y 664 del Consejo de Seguridad, que exigen la retirada iraquí de Kuwait y la libertad de movimientos de los extranjeros retenidos.

Un nuevo escollo para esa gestión mediadora de Pérez de Cuéllar se produjo ayer al conocerse el' fallecimiento de uno de los súbditos norteamericanos retenidos en Irak. Aparentemente, el fallecimiento del norteamericano, que había sido trasladado por los iraquíes a Basora, se produjo como consecuencia de un ataque cardiaco. Washington ha hecho responsable al régimen de Bagdad de "la seguridad y bienestar" de los ciudadanos norteamericanos retenidos en Irak.

El Departamento de Estado ha aclarado que la orden de expulsión de 36 miembros del personal diplomático de la Embajada iraquí en Washington, comunicada el lunes al embajador de Bagdad en EE UU, Mohammed al Mashat, se ajusta a las normas que rigen las relaciones diplomáticas entre Estados.

Expulsión de diplomáticos

[Irak comunicó ayer a EE UU que expulsará a un número de diplomáticos norteamericanos, que no precisó, en respuesta a la medida adoptada el día anterior por Washington, informa Reuter].

Bush interrumpió ayer de nuevo su descanso en la costa de Maine para presidir una reunión con sus colaboradores en la Casa Blanca, después de la cual informó del desarrollo de la crisis a un nutrido grupo de congresistas.

[El, Pentágono informó que el coste estimado del despliegue militar estadounidense en el Golfo será, a fines de setiembre próximo, de.2.500 millones de dólares, el doble de lo calculado en principio, informa Reuterl.

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