'Escaquearse' sin desertar
Ningún marinero de la fragata 'Santa María' se ha negado a embarcar hacia la zona de conflicto
"¡Que casi todos somos voluntarios!; ji, ji: me río", comenta con rabia uno de los 78 marineros de reemplazo que hoy parten hacia el golfo Pérsico a bordo de la fragata Santa María. La máxima autoridad que despedirá a la fragata será el almirante jefe de la Flota, Pedro Regalado, según informaron fuentes del Ministerio de Defensa. "Siete de cada 10 vamos obligados. Pregunte, pregunte por ahí", sugiere un poco indignado este marinero, mirando de reojo para cerciorarse de que nadie le escucha.Sólo los profesionales de la Santa María no ponen ninguna objeción a viajar al Golfo. También hay algunos reclutas, muy pocos, quizá por espíritu aventurero, que se han sumado voluntariamente a la expedición.
"Nos ha tocado la china, tú, qué le vamos a hacer. Si te niegas, es peor; lo mejor es ver, oír y callar", asegura otro marinero. Ningún soldado de la Santa María se ha negado a viajar. No obstante, algunos han elegido el desinterés a la hora de realizar las tareas que les han sido encomendadas en la fragata. "Como desahogo hemos optado por escaquearnos lo más posible, sin que se note mucho", refiere otro soldado en cuyo rostro aflora una atenuada sonrisa de pillo. Estos marineros aseguran que uno de sus compañeros ha pedido sin éxito audiencia al segundo jefe de la fragata para poder desembarcar, alegando problemas familiares. "Ni siquiera le han escuchado", lamentan.Reclutas por veteranosLa fragata Santa María ha completado su tripulación con marineros voluntarios de otros buques, entre ellos el Aragón, atracado también en Rota.
"En cierto modo, es una salida más. He estado con la Santa María en Alemania, Italia, Estados Unidos...", cuenta un suboficial de esta fragata, casado y padre de dos hijos. "Quien peor lo está pasando es mi mujer, que lleva dos semanas llorando. En realidad, ella desconoce lo que hay allí [en el Golfo]". "Para consolarla", agrega, "le he dicho que vamos a estar en segunda línea, detrás de la flota de Estados Unidos. En verdad, miedo no tengo, porque sé cómo trabajan los norteamericanos; aunque, eso sí, a veces se les escapan las mejores", apostilla este suboficial.
Los reclutas de la Santa María q ue se licenciaban antes de 1991 han sido relevados por tros recientemente llamados a ilas. Ello ha provocado problemas de adaptación y falta de experiencia, según denuncian los marineros. "Chungo, tío: me han quitado a los dos veteranos que tenía y me han puesto a dos reclutas nuevos que no tienen ni idea de máquinas", se lamenta con la cara llena de tiene un marinero.
La tripulación de esta fragata se encuentra en alerta desde hace unos 10 días. "Apenas sí nos han dejado salir. Cuando no hacemos prácticas de tiro, nos mandan a cargar cajas con víveres, o a limpiar el barco, o a arreglar no sé qué... Nos están haciendo polvo", se queja otro marinero ataviado con un mon'o azul.
"Pero si tú tienes permiso indefinido, ¿qué haces aquí?", interroga con asombro un cabo al marinero Marcos Duro Romero, que acaba de llegar con el petate a cuestas. "Yo qué sé, me llamó mi vieja diciéndome que me habían llamado para que me presentara". "Vaya putada", suelta en voz baja otro marinero que ha escuchado la conversación.
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