España ceñirá su actuación al embargo de la ONU
El presidente del Gobierno, Felipe González, afirmó ayer en una conferencia de prensa, tras despachar durante hora y media con el Rey en el palacio de Marivent (Palma de Mallorca), que España actuará en concordancia con la decisión de la ONU de establecer un embargo contra Irak. "Se decretó un embargo", especificó, "pero no medidas para hacer ninguna operación de bloqueo desde la ONU. Ello implica una solidaridad internacional para hacerlo eficiente. Lo demás rebasa los límites de la ONU, en cuyo marco deberíamos movernos dado el carácter internacional del conflicto".
González aseguró que es necesario mantener al máximo la solidaridad y la cohesión internacional, al mismo tiempo que la relación con el mundo árabe, para afrontar una salida regional al conflicto del Golfo.El Rey, después del despacho y la posterior conferencia de prensa en La Masía, en el propio recinto de la residencia real, almorzó en privado con el presidente del Ejecutivo. González explicó que desde el 2 de agosto mantiene comunicación constante con el Monarca. Narcís Serra explicó a este diario que recibía amplísima documentación cifrada en su residencia. El domingo pasado estudió hasta 100 folios codificados que le habían remitido desde la OTAN.
González abogó por una salida diplomática al conflicto calificó la situación de difícil y señaló que "hay una cierta inclinación, cada vez mayor, a buscar vías de entendimiento". "Soy partidario", añadió, "del apaciguamiento y del cumplimiento, con absoluto rigor, de las decisiones de la ONU y de la CE sobre el embargo", y señaló que son una medida razonable de presión como respuesta a una agresión. España, dijo, no ha buscado jugar un papel de mediador, ni tampoco definir una postura autónoma en el concierto internacional. Tanto Italia como Francia, añadió, están con idéntico nivel de relación en la zona. "En esta tarea", agregó, "debiera haber un protagonismo árabe".
Solidaridad
"Hemos demostrado nuestra solidaridad", dijo el presidente, "no sólo con la intención de restablecer el orden jurídico internacional [sino] con un método de diálogo y aproximación a los países árabes de la región". A partir de ahí, entiende que debe intentarse restablecer una interpretación común de la postura de la ONU, sin ahondar en una división de la unanimidad casi total en el plano internacional. "Debe intentarse acortar cualquier diferencia", concretó.
González rechazó la hipótesis de que una futura participación de buques de la Armada española en la flota que protagoniza el bloqueo vulnere el espíritu del tratado de adhesión de España a la OTAN, aunque la presencia se vehicule a través de la Unión Europea Occidental. "Es imposible establecer una relación de causa-efecto", dijo; "la propia Francia ha reconocido que cualquier decisión en el ámbito europeo pertenecería a la UEO".
El jefe del Ejecutivo recordó que no existen vínculos directos posibles con la OTAN y que únicamente en el caso de una agresión a Turquía no sería una operación fuera de zona. Explicó que "el foro de consultas funciona permanentemente: hasta a hora la operación de presencia es puramente defensiva".
González evitó pronunciarse, por entender que las hipótesis deben resolverse cuando se plantean, sobre la condición militar de la tripulación de los buques españoles que se destacarían a la zona; si profesional del Ejército o del voluntariado. El martes se reunirán los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de la UEO y antes el presidente del Gobierno habrá estudiado la cuestión con los ministros encargados del tema en su Gabinete. Aseguró que es exagerado cuestionar ahora un cambio de política sobre el servicio militar en España.
"En Corea", recordó "la ONU decretó un embargo y estableció una serie de mecanismos, con un control de flujo de mercancías y comercio. Eso no está establecido ahora". La clave de la salida radica en recortar las distancias en las interpretaciones del bloqueo, en vez de agrandarlas. "La ONU, recordó González, dice que el embargo no comprende la interceptación por la fuerza de algunos movimientos, como se interpreta desde la Casa Blanca" especificó.
Sobre sus palabras en Viena, hace una semana, cuando asistía al funeral de Bruno Kreisky, en las que calificó el conflicto de regional, manifestó: "Lo mantengo, y tengo la satisfacción de ver cómo otros Gobiernos europeos afirman exactamente lo mismo".
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