Los planes militares prevén el envío al Golfo de unos 1.000 soldados

La flotilla que España está dispuesta a enviar al golfo Pérsico, para integrarse en el dispositivo militar multinacional contra Irak, llevaría a bordo alrededor de 1.000 soldados, según fuentes militares. Los planes elaborados por el Ministerio de Defensa prevén la formación de un grupo naval integrado por una fragata clase Santa María, dos corbetas tipo Descubierta y un transporte de ataque, con sus correspondientes dotaciones. La composición definitiva de la flotilla, y su envío a la zona del conflicto, dependerá de lo que acuerden el día 21 en París los ministros de Exteriores y Defensa de la Unión Europea Occidental (UEO).La Armada española tiene tres fragatas (FFG-7) de clase Santa María: la Santa María, la Victoria y la Numancia. Esta última se encuentra actualmente de maniobras con la flota permanente de la OTAN en el Atlántico (Stanavforlant), por lo que previsiblemente se enviará la Santa María, que recientemente ha sido objeto de una profunda revisión, o la Victoria, fondeadas en Rota (Cádiz). Fuentes militares señalan que, pese a los permisos vacacionales, podría completarse en pocas horas la tripulación de una fragata: 207 hombres; 14 de ellos, oficiales.

Las corbetas del tipo Descubierta, con base en Cartagena (Murcia), tienen una dotación de 100 hombres (10 oficiales); mientras que los transportes de ataque, el Aragón o el Castilla, basados también en Rota, llevan unos 600 tripulantes (35 oficiales), por lo que la flotilla llevaría en total alrededor de 1.000 hombres.

Esta cantidad se incrementaría notablemente si se aprovechara la capacidad de carga del transporte de ataque para trasladar a la zona a 1.500 miembros del Tercio de Infantería de Marina de la Armada (Tear), acuartelado en San Fernando (Cádiz). Sin embargo, el traslado de unidades de Infantería de Marina cambiaría cualitativamente la función del grupo naval, al conferirle capacidad de ataque anfibio y, por tanto, carácter netamente ofensivo, en contra de las declaraciones realizadas por responsables gubernamentales.

Marineros de reemplazo

Según fuentes militares, alrededor del l5% de la dotación de los buques que el Gobierno está dispuesto a enviar a la zona de conflicto se cubre con jóvenes que hacen la mili en la Armada, en puestos de escasa especialización. Un porcentaje hasta tres veces superior corresponde a voluntarios especiales, marineros semiprofesionales que realizan un servicio militar retribuido de tres años de duración y pueden enrolarse por cinco años más.

En medios castrenses se descarta la posibilidad de que los jóvenes que hacen la mili normal sean sustituidos por voluntarios o profesionales para la misión naval al golfo Pérsico, ya que "excluir ante un hipotético conflicto a los soldados de reclutamiento obligatorio supone admitir en la práctica la inutilidad del servicio militar obligatorio".