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Ningún hombre en el curso sobre la nueva mujer europea que se celebra en El Escorial

Francesc Valls

La nueva mujer europea no parece tener atractivo para los hombres. Eso es lo que se desprende del hecho de que entre las 60 peticiones de beca realizadas en el curso que bajo ese enunciado comenzó ayer en El Escorial no figure ninguna masculina. El coordinador de este seminario organizado por la Universidad Complutense, el periodista Juan Carlos Vidal, considera que la ausencia masculina en esa relación de peticiones responde a una falta de visión, ya que el contenido de estas sesiones interpela sobre el futuro de la cultura europea.

El curso en cuestión está dirigido por la crítica literaria Felicidad Orquín, quien opina que la ausencia de hombres obedece a que existe todavía la idea de que el feminismo es cosa de mujeres, tal como prevaleció en los orígenes del movimiento. "El feminismo ya no es reivindicativo, ahora la mujer pretende dar respuesta a hechos sociales, lo que convierte el discurso en universal", manifiesta Orquín.Las sesiones tienen el objetivo, precisamente, de reflexionar sobre la identidad de la mujer europea y analizar sus aportaciones al cambio de modelo social. Se trata, desde planteamientos plurales, de estudiar la aportación femenina a la construcción de la llamada casa común europea que comenzará a cimentarse, al menos económicamente, a partir de 1992.

Entre las ponentes de estas sesiones figuran la ensayista María Antonietta Macciocchi; la catedrática de Ética, Victoria Camps, y la escritora Montserrat Roig. Según el coordinador del curso, éste se justifica por la realización cultural de la mujer, que puede dar un impulso fundamental para una vuelta a la ilustración, en debate con el romanticismo.

Las virtudes femeninas que enuncia Victoria Camps, dice Vidal, "pueden contribuir de manera decisiva a la creación de una sensibilidad ilustrada, dado que las mujeres tienen mayor facilidad para romper moldes culturales, a la hora de innovar son más audaces, tienen menos vinculaciones con el poder y destacan el papel de las relaciones, interpersonales". Sobre el sentido de la expresión discurso narrativo femenino, Felicidad Orquín responde que "forma parte de una nueva sensibilidad que, tal como sugiere María Antonietta Macciocchi, contribuye de manera decisiva a una nueva identidad" "Las mujeres están hoy en condiciones de aportar una nueva representación del sujeto, e ir más allá de las reivindicaciones de igualdad para configurar otros modelos de convivencia y otros valores que puedan ser universales", se afirma en la presentación del curso.

Esta contribución es importante en la construcción de la casa común europea, bajo cuyo tejado laten muchas incógnitas. Una de ellas viene del Este, donde la idea romántica de nación tiene fuerza. "La mujer en estos países está en una etapa anterior al feminismo", señala Orquín.

Durante la celebración del curso se debatirá sobre el nuevo feminismo europeo, el prejuicio sexista en el pensamiento educativo, la mujer ante la Europa de los ciudadanos, el discurso narrativo femenino, las nuevas tecnologías reproductivas, o el espacio privado y el poder político.

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