La subida del 1,3% en el IPC de julio y el impacto de las gasolinas, nuevos peligros para la inflación

La subida de un 6,3% en los precios de los alimentos no elaborados ha incrementado el IPC de julio en un 1,3%, el porcentaje más elevado en lo que va de año, que es, sin embargo, inferior al del mismo mes del pasado ejercicio (1,6%). Gracias a ello, la inflación de los últimos 12 meses se ha reducido al 6,2%, la tasa más baja desde marzo de 1989 (6,1%). El impacto en agosto de las últimas subidas de las gasolinas y la incertidumbre sobre la duración del conflicto en el golfo Pérsico y sus consecuencias sobre los precios del petróleo arrojan una nueva sombra de duda sobre la posibilidad de que al final del año se alcance el 5,7% de objetivo oficial.

Los precios en el mes de julio se han comportado como era de esperar, aunque con una ligera tendencia a la baja en comparación con el ejercicio precedente. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC se elevó en julio un 1,3%, la subida más fuerte en lo que va de año, lo mismo que ocurrió en el mismo mes de los dos últimos ejercicios. El incremento de julio de este año es, sin embargo, inferior en tres décimas al registrado en el mismo mes del año anterior (1,6%).Los precios de los alimentos no elaborados son los principales responsables de la subida en el índice general de julio. Este grupo creció un 6,3% (6,5% en julio del pasado año), mientras que los no elaborados lo hicieron sólo en un 0,5% (0,6% en el mismo mes del año anterior).

Los alimentos se disparan

En conjunto, los alimentos crecieron un 3,2%, con lo que se rompe la tendencia a su reducción desde principios de año. La causa ha vuelto a ser, como en ejercicios anteriores, la época estival en la que todos los años los precios se disparan por causa de la alimentación al aumentar la demanda. Sin contar los alimentos, el IPC de julio creció un 0,4% (0,7% el pasado año) y dentro de éste destaca la subida del 1% en hostelería.

Sin embargo, este año la inflación se encuentra a tasas algo más moderadas que en el ejercicio precedente, aunque el objetivo oficial para 1990 (5,7%) es más ambicioso. En lo que va de año, los precios han subido un 3,9%, cuando el pasado ejercicio por las mismas fechas se encontraban en el 4,5%.

En la inflación de los últimos doce meses, la situación también es algo mejor. El pasado año ésta se encontraba en el 7,4% y este ejercicio se ha reducido al 6,2%, tres décimas inferior a la de junio último (6,5%). La tendencia, pues, sigue siendo a la baja desde febrero de este año (7,3%), aunque a un ritmo todavía insuficiente.

Para los próximos meses las subidas en los precios de la gasolina (una peseta en julio y dos pesetas el 7 de agosto para la súper y entre tres y cinco pesetas previstas para el próximo día 21) tendrán ya un impacto en el IPC de agosto y de septiembre. El pasado año únicamente se produjo en julio un aumento en el precio de la gasolina súper de cinco pesetas.

Las próximas subidas quincenales, incluida la del próximo día 2 1, ya reflejarán el impacto del incremento en los precios del crudo, derivado de la crisis en el Golfo Pérsico. La situación hasta ahora, la duración del conflicto y la persistencia de los factores estacionales en las alzas de precios, arrojan nuevas sombras de duda sobre la posibilidad de que se alcance al final de año el objetivo del 5,7% marcado por el Gobierno.