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Entrevista:

"He escrito 4.000 libros; cada cinco días termino uno"

Corín Tellado considera difícil hacer autocrítica de su obra porque, asegura: "He escrito 4.000 libros. Cada cinco días termino uno". En breve saldrá a la venta su última novela, Entre el divorcio y el dilema, un texto de 400 páginas que, "a pesar de ser de amor, va a tener un trasfondo social ambientado en la España actual".

Cada 15 días, dice, salen a la venta en España dos de sus novelas y tiene el récord de haber publicado 4.000. Ha sido traducida a siete idiomas y dos de sus novelas han sido llevadas al cine con el título original de Mi boda contigo y Tengo que abandonarte.

Pregunta. ¿Puede hacer autocrítica de su obra?

Respuesta. Es difícil, porque he escrito 4.000 libros. Cada cinco días termino uno. Mi objetivo fue crear con mucha sencillez y lo logré: yo creo que mi obra es entretenida. Si escribes novelas populares tendrás críticas a montones. Hay muchísimos autores que reniegan de su seudónimo y, sin embargo, han vendido por él y no por su nombre verdadero. Hay novelas pequeñas que tienen un lenguaje purísimo y divino, pero no se las considera, por ser ediciones baratas y de quiosco; en eso el juicio depende del dinero que se le pone en la portada, en la presentación. Hay mucho prejuicio; por eso, para escribir otra cosa que no sea novelas de amor nunca voy a firmar Corín Tellado. Ése es un sambenito que llevo encima.

P. ¿Cuál es su método de trabajo?

R. Muy simple. Hago el esquema hoy y a lo mejor le pongo el título, pero no sé de qué va a ir. Yo no puedo empezar el libro sin título porque es lo que me lleva. Al hacer el esquema pongo cómo es ella, cómo es él y dónde se va a desarrollar. Porque yo siempre me documento. Si la ubico en Colorado, yo sé dónde está, los kilómetros que tiene, las estaciones, todo. Si es España, puede ser Gijón, pero no digo que es Gijón, Madrid o Barcelona, que las conozco al dedillo. Y entonces ahí no tengo problemas. Pero si es otro lugar voy al diccionario; te miras el mapa, qué produce el lugar, qué hace la gente, me lo estudio todo. Pero resulta que cuando me pongo a escribirlo, el esquema no me s rve de nada, porque yo llevo a los protagonistas por una esquina y ellos van por otra; no los domino, se me van. Por ejemplo, en una de las últimas novelas -que por cierto es bonita- a mí, que nunca había hecho una mujer mala, ésta se me fue de las manos y salió una mujer intrigante, con ganas de dominarlo todo. Siempre hay cambios o un final imprevisto que a mí me sorprende. Claro, porque yo soy una escritora de los pies a la cabeza.

Novela social

P. ¿Cuánto tiempo dedica a escribir?

R. Trabajo de lunes a viernes y sólo me tomo un mes de vacaciones al año. Empiezo el lunes, trabajo de seis de la mañana a dos de la tarde. Hago la siesta y por la tarde corrijo lo que escribí. En cinco días escribo de 130 a 150 páginas. Estoy escribiendo una novela de tipo social que la voy a publicar con seudónimo, porque si digo que es de Corín Tellado, de antemano la van a criticar. Y te aclaro que el seudónimo no te lo doy a ti ni a nadie.

P. ¿Definiría lo que usted escribe como novela rosa?

R. No. Para mí la novela rosa no existe. Le han puesto rosa por el color de la portada. Pero yo hago novela tan atrevida como cualquiera. A veces, más retorcida; otras, más histórica. Pero es simplemente literatura. Si tiene calidad o no, serán otros los encargados de decirlo. Yo tengo claro que entretengo a los lectores.

P. ¿Fue censurada alguna vez?

R. Con el franquismo tuve problemas. Me devolvían las novelas para que las corrigiera. Pues mira, si los protagonistas se metían en una habitación no podían cerrar con llave. No podían decir "te juro", había que decir "te prometo". Nunca podía haber un protagonista militar. Por eso los militares no me inspiran. La inspiración me la quitaron ellos.

P. Sin embargo, durante el franquismo usted vendía más.

R. No, eso es mentira. Lo que sucede es que actualmente estoy padeciendo una mala gestión editorial. Si yo cojo un editor que invierta un poco de dinero, vuelvo a arrasar. También hay otra cosa: antes los jóvenes leían el amor; hoy, lo hacen. El amor no se pone de moda, es un sentimiento. A toda mujer le sigue gustando que le digan una lindeza.

P. ¿Hizo fortuna?

R. Sí, tengo un patrimonio alto. No como los Albertos o Felipe González o los Guerra. Yo pertenezco a los infelices que trabajan también para pagar a Hacienda.

P. ¿Nunca tuvo participación política?

R. La política me interesa mucho, porque me gusta saberlo todo. Pero no tengo una línea decidida. Aunque en casa me llaman la roja, ¿sabes? Pero yo roja no soy. En todo caso soy una mujer muy justa. Me gusta la caridad. No me gusta cómo está llevando las cosas el Gobierno de los socialistas. Gastan demasiado, están destrozando el país, pierden el tiempo hablando de los descamisados y nunca hablan de su programa.

P. Pero entonces sí que toma partido en cuanto a las ideas políticas.

R. No. Lo que pasa es que yo contesto lo que quiero y cuando me da la gana. Soy honesta y sencilla y eso con la política no va. Siempre tratan de encasillarme.

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