"Nos jugamos un gigantesco apagón económico"

El ministro de Exteriores no es optimista. Asegura que la acción de Sadam Husein tragándose Kuwait ha producido ya unos efectos irreversibles. "Mil novecientos noventa y uno ya no será un buen año". Ordóñez acepta la conversación en la mañana del jueves, horas antes de tomar el avión para una reunión crucial de la OTAN en Bruselas. En la capital agostada se comienza a respirar un ambiente de tensión y crisis. Pero aquí, en el palacio de Santa Cruz, el jefe de la diplomacia española está sereno y reflexiona sobre el futuro del socialismo, sin querer dar nombres, y tiene tiempo y ganas de hablar de política "aunque no me interesan los aspectos concretos de ese debate en el seno del PSOE". Y, además, "no quiero incordiar".Pregunta. Estábamos cantando el fin de la guerra fría, de la era de incertidumbre y salta un fantasma del pasado con la crisis del golfo Pérsico. ¿Interrumpe la etapa que estábamos viviendo de caída de los comunismos, de nuevo replanteamiento internacional y nos mete de nuevo en un avispero del que parece que habíamos salido?

Respuesta. Es el primer conflicto grave que se produce después de la desaparición de los bloques, y por tanto es un conflicto inédito. Y se produce también un hecho nuevo que es la unanimidad intemacional. Todo esto lo que crea es un fenómeno absolutamente nuevo.

P. ¿Cómo podría evolucionar el conflicto?

R. Lo que no es muy previsible es la continuación de la situación tal como está. Un grado tal de tensión tiene que evolucionar en un sentido u otro.

P. ¿Este gran consenso internacional que se ha creado, que recuerda al de los aliados contra Hitler en 1945, desaparecería ante una intervención militar ofensiva de Estados Unidos? ¿España dónde está, hoy jueves, ante la posibilidad de una acción bélica directa? ¿Esperamos la decisión de la reunión de la OTAN mañana?

R. Ya hemos dicho que somos partidarios de todas las presiones económicas y políticas y de medidas preventivas y defensivas. Pero no olvidemos que la resolución 661 del Consejo de Seguridad ha dicho que esto es un acto de agresión y que admite la aplicación del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas que establece la legítima defensa.

P. En España se percibe menos el apoyo a acciones militares que en otros países europeos importantes de nuestro entorno. Se ve aún lo que está ocurriendo como una invasión de EE UU más que como una acción de la comunidad internacional.

R. Nos pasa eso en casi todo en política exterior. Creo que el pueblo español, en general, tiene una reacción -y empleo las palabras de Borges- provinciana ante todas las crisis internacionales. No se ve involucrado directamente Como un ciudadano norteamericano. Lo cual es normal.

P. ¿No parece a contrapié la declaración de Felipe González calificando la crisis de conflicto regional a solucionar por medios regionales?

R. Lo que sí le interesa precisar a España y al presidente, y así lo hemos dicho ante la CE, es que éste es un enfrentamiento entre dos países árabes aunque con repercusiones mundiales. No podemos operar como si el mundo árabe no tuviera voz. Lo que dijo es no olvidemos la dimensión regional del conflicto. Y esta tarde [ayer] se está reuniendo en El Cairo la cumbre árabe. Y es muy importante que mañana [por hoy] en las reuniones-de la CE y la OTAN en Bruselas la tengamos muy en cuenta. Lo que pasa es que a mi juicio la cumbre árabe [prevista para ayer y suspendida a última hora] probablemente llegue demasiado tarde, ojalá no lo sea, pero en cualquier caso es muy tarde.

P. ¿Hay unanimidad en la forma de afrontar la crisis? ¿Cómo reacciona Alfonso Guerra?

R. Está totalmente de acuerdo con el apoyo al despliegue militar norteamericano. Vivimos un gran consenso, interno y externo.

P. ¿Qué va a hacer la OTAN, aunque lo que sucede está fuera de su marco geográfico de actuación. Puede desbordarlo aunque sea excepcionalmente?

R. Ya hay barcos franceses y británicos Hay un precedente de presencia naval en el Golfo, cuando los países de la Unión Europea Occidental (UEO) decidieron enviar buques de guerra al Pérsico. Pero no fue en el marco OTAN. Lo tendremos que decidir el viernes en Bruselas.

P. ¿Podríamos llegar a ver una fragata española en el Golfó?

R. ¿Por qué no? Por supuesto. Pero España no ha decidido nada.

Se haría si hubiera un consenso internacional. Pero no tienen por qué ir todos los barcos de todos los países aliados al Golfo. Pueden desplazarse por otras áreas del Mediterráneo, se pueden cubrir zonas. En el Pérsico lo que hay en este momento es un overbooking de barcos.

P. ¿Está pasando EE UU material nuclear por las bases españolas?

R. Terminantemente no. Ni ningún material de este tipo.

P. ¿Pero cuando pase el portaaviones Saratoga por Rota?

R. Eso es distinto. Pueden estar pasando, no creo. Siempre hemos sostenido que no tiene sentido preguntar qué material llevan en el barco en las escalas porque, aunque nos contestaran afirmativamente, no tenemos derecho a inspeccionar.P. ¿Pero tampoco sena muy grave tal como están las cosas, no?

R. No. En el caso de un eventual ataque iraquí a Arabia Saudí, lo que se juega el mundo es un gigantesco apagón económico e industrial. Hay algunos efectos irreversibles que ya se han producido. El año 1991 ya no va a ser un año bueno, aunque no pase nada más.

P. Parece existir cierta contradicción entre la evaluación de los

fectos de la crisis realizada por González, que habla del peligro de recesión, y Solchaga, que explica que el impacto es absorbible. ¿Cómo lo ve un ex ministro de Hacienda?

R. Las dos posiciones son verdad. Si esto continuara así, el petróleo a unos 27 dólares el barril, no sería una gran catástrofe industrial. Lo podríamos absorber; tendría un mayor coste en términos de inflación, en la balanza comercial, en pérdida de exportaciones y en el crecimiento. Pero absorbible. Pero si la situación evoluciona a peor sería muy grave.

P. ¿Donde está en la batalla entre leninistas y bujarinistas, o entre "oportunistas de izquierda", o guerristas, como les ha llamado Semprún, y neoliberales?

R. No entro ahí. Yo he sido y soy un socialdemócrata. Estoy totalmente ajeno a este debate.

P. Pero es un político, ministro en el Gabinete, importante. ¿O se ha vuelto tecnócrata?

R. No me provoque. Mi vida política, como tal, de partido, ha terminado.

P. En estos planteamientos de Solchaga, Semprún y Guerra, ¿dónde está?

R. No me interesan los aspectos concretos de ese debate, sinceramente. Sé claramente dónde estoy. Y pienso que donde yo estoy está probablemente la gran corriente del partido socialista hoy.

P. ¿Pero en esa actitud, estarían sus amigos Carlos Solchaga y Serra?

R. La socialdemocracia, en el sentido que yo la he interpretado siempre, es una corriente muy importante dentro del PSOE. Lo que debe ser en estos momentos y lo que deberán estudiar en el congreso es cómo convertirlo en la estructura de acogida de todas las corrientes de la utopía socialista. Yo ya no hablo de socialismo democrático. Ya no tiene sentido. A ver si nos adaptamos a lo que está pasando en el mundo. Vamos a hablar del socialismo a secas.

P. Si se considera fuera de la vida política ¿por qué no tiene más libertad para hablar de sus compañeros?

R. Tengo una responsabilidad: ser ministro.