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Al rescate del pasado de Camboya

Una norteamericana restaura documentos salvados de los jemeres rojos

Judy Ledgerwood es una enamorada de Camboya y de la cultura jemer. Habla, por lo demás, corrientemente el idioma jemer. Desde hace casi un año, esta norteamericana de 30 años ocupa su tiempo en un ala húmeda y oscura de la Biblioteca Nacional de Phnom Penh, Camboya, restaurando y microfilmando los manuscritos jemeres escritos sobre hojas de palmera que los jemeres rojos no alcanzaron a destruir.

Por ese manuscrito -redactado por un bonzo hará un centenar de años- ya no se puede hacer gran cosa. Las larvas de insectos que han aparecido entre esas hojas de palmera secas y cortadas en tiras de unos 30 centímetros han horadado decenas de agujeritos y grietas, haciendo prácticamente ilegible la lectura del texto. "No importa", explica Judy Ledgerwood, "a pesar de todo hemos aplicado el mismo tratamiento contra insectos que en los demás documentos"."Estos manuscritos constituyen la fuente escrita más valiosa y antigua de la historia de Camboya", dice Judy Ledgerwood. "En ocasiones no queda más que una copia de un texto".

Este programa de conservación, que durará un año, se halla patrocinado por la universidad norteamericana de Cornell, que dedica a ello unos 61 millones de pesetas, junto con otras dos fundaciones.

Cuando en abril de 1975 los jemeres rojos tomaron el poder se dedicaron a destruir toda referencia a la sociedad anterior. Sólo los templos de Angkor, símbolo del nacionalismo Jemer, escaparon a este genocidio cultural. En Phnom Penh, las colecciones más importantes de textos budistas, literarios, históricos y legales del instituto budista fueron aniquilados. Según el Gobierno, el 80% de los textos budistas fueron destruidos. En la Biblioteca Nacional hoy sólo quedan 370 obras en jemer. Apenas si se las ve, ahogadas entre los millares de libros en francés, ruso o alemán. Judy Ledgerwood estima, sin embargo, que "nadie sabe exactamente lo que se ha perdido. Hubo gente en los wats (templos) que escondieron un buen número de manuscritos y otros textos antes de que llegaran los jemeres rojos. Pero fueron asesinados. Tal vez encontremos algunos de esos textos, por casualidad...".

Amenaza jemer

Hasta el momento se han contabilizado 600 manuscritos grabados y entintados sobre hojas de palmera, algunos de hasta 400 páginas. Pero había que actuar deprisa, antes de que los insectos prosiguieran su tarea y los inutilizaran con su irremediable y gradual destrucción. Prisa que se debe asimismo a la obsesión de que los jemeres rojos vuelvan a ocupar el poder, que está siempre presente. El proyecto provocaba algunas reticencias. "En cuanto se habla de microfilme, la gente enseguida imagina espionaje".

Los dos primeros meses del programa, la joven norteamericana, junto con tres ayudantes jemeres formados allí, los dedicó a limpiar cada manuscrito hoja por hoja. Seguidamente, los textos considerados más importantes fueron microfilmados. La universidad norteamericana de Cornell, que subvenciona este rescate con 61 millones de pesetas, y otras tres universidades norteamericanas conservan una copia. El Gobierno camboyano guarda un positivo y un negativo de cada microfilme. Luego los manuscritos son ordenados en cajas de cartón traídas expresamente de Estados Unidos, con cápsulas de paradiclorobenceno, un insecticida que permitirá prolongar su duración. Se redactan fichas en jemer e inglés, en donde se menciona el nombre del copista, el título, la fecha y el estado del texto.

Otro proyecto es copiar todas las grabaciones realizadas en la prisión de Tuol Sieng, el siniestro centro de interrogatorios y torturas jemer rojo en Plinom Penh, donde millares de camboyanos perdieron la vida.

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