Teherán aprovecha la ofensiva iraquí para romper su aislamiento
"Alá akbar" (Dios es grande), repiten los clérigos que dirigen la República Islámica irani. Nunca la "auténtica fe" hubiera podido imaginar que, finalmente, Occidente se diera cuenta de que, como repitió durante los ocho años de la contienda con Irak, fue "el mismo diablo" quien declaró la guerra a Irán en 1980. Ahora Estados Unidos crea una fuerza internacional para detener al tirano y el enemigo de mi enemigo se convierte en mi amigo.Irán ha abierto tímidamente sus brazos al mundo. En los foros internacionales ha utilizado un lenguaje conciliador y moderado inhabitual hasta ahora. Teherán, al que la subida de los precios del petróleo beneficia enormemente en su tarea de reconstrucción nacional, ha declarado que no participará en operaciones especulativas y que está dispuesta a aumentar la producción del crudo conforme se acuerde en la OPEP.
En la ONU, ha defendido el principio de no injerencia y se ha sumado al embargo decretado contra Irak, aunque a Irán no le afecta en lo más mínimo ya que no existen intercambios comerciales entre ambos países.
La ofensiva diplomática
Turquía, Omán y Siria han sido los tres destinos elegidos por el Gobierno de Alí Akbar Hachemi Rafsanyani para lanzar una ofensiva diplomática que ponga fin al aislamiento que sufre el país desde el triunfo de la revolución que acabó, en 1979, con el régimen del sha.
Alí Reza Moayeri, consejero de la presidencia, fue quien expresó en Ankara la oposición de Teherán a,cualquier intervención extranjera. Irán
Turquía, junto con Pakistán, integran la OCE (Organización de Cooperación Económica).
El ministro de Exteriores, Alí Abdar Velayati, fue el encargado de conversar con Siría, el único país árabe con el que la República Islámica sostiene estrechos lazos. El depuesto emir de Kuwait, Yaber al Ahmad al Sabah, ha pedido reiteradamente al presidente Hafez el Asad que utilizara su ejército contra Irak.
Velayati viajó posteriormente a Omán y en su cartera llevaba la oferta de su Gobierno para crear una alianza con todos estos pequeños emiratos del golfo Pérsico. Son regímenes monárquicos conservadores, como los que depuso la revolución, pero el realisni ^o parece tomar tierra en Irán, ya que la estabilidad del Golfo le es vital.
En este modesto aperturismo, Teherán ha manifestado su voluntad de reiniciar las relaciones diplomáticas con el Reino Unido, interrumpidas tras la sentencia de muerte del régimen islámico contra el escritor Salman Rushdie, por su libro Versículos satánicos.
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