Grave cogida de Carretero
EMILIO MARTINEZ, José Antonio Carretero resultó cogido gravemente de forma espectacular y tremebunda a la salida de su primer par de banderillas del carifosco cuarto toro. El certero animal se ensañó con él y le hundió el astifino pitón varias veces, además de voltearle y propinarle una gran paliza. Un terrible drama se barruntó en el cotarro cuando llevaban al desmadejado coletudo, ya sin conocimiento, a la enfermería. Las lesiones, pese a la espectacularidad del percance, no alcanzan la tragedia que se temía.
Tanto la turistada como los peñistas. de los tres diestros y los aficionados en general salieron del coso con el amargo sabor de boca de esta desgracia en un festejo en el que, como viene siendo habitual en los veranos taurinos de la Villa, hubo baile de corrales y desfile de inválidos. Debe ser para que se luzca el mayoral, Florito, que salió dos veces y en buena ley debió hacerlo en más ocasiones, porque los bichos se acamaban casi de continuo, pero la autoridad estaba benevolente.
Hernández / Carretero, El Fundi, Plaza
Tres toros, 22, 32 y 5", de Félix Hernández, 12, sobrero de Tabernero de Villanueva, que sustituyó a uno del hierro titular devuelto por inválido, 42, de Cortijoliva, y, 6º sobrero, de Los Bayones, que sustituyó a uno de Cortijoliva también devuelto por inválido; desiguales de presentación, mansos y flojos. José Antonio Carretero: silencio; cogido por el cuarto. El Fundi: ovación; ovación; oreja protestada. José María Plaza: palmas en los dos. Carretero fue atendido en la enfermería de dos cornadas, una en la cavidad abdominal y otra en la zona escrotal, de pronóstico grave. Plaza de Las Ventas, 5 de agosto. Media entrada.
Oreja verbenera
Y por ello el usía regaló una oreja verbenera a El Fundi, tal vez en conmemoración de que ya han empezado las fiestas y verbenas de San Cayetano, San Lorenzo y la Paloma. Es indudable que el diestro se la jugó bizarramente con un malage pelirosísimo, que no admitía un pase por ningún pitón. Y ni un paso le dio. El mérito consistió e n intentar domeñarlo con su porfía encimista, y encunarse en la estocada, lo que no es baladí, pero si insuficiente para el óbolo presidencial.
El Fundi ya había demostrado su ausencia de medrana en sus otros dos difíciles enemigos, que por su blandura se defendían a gañafones. A ambos los banderilleó reuniendo las alegradoras en un círculo tan pequeño como una peseta, ¡y de las nuevas! Eso sí que tiene mérito. Confiemos, no obstante, en que los presidentes no regalen orejas también por eso, pues van a convertir a la cátedra de Las Ventas en un coso pueblerino.
Carretero poco pudo desarrollar frente al escaso colaborado primer funo, al que banderilleo desigual. Algo semejante ocurrió a Plaza en el burraco último, con el que estuvo aseadillo. Con el tercero, más manejable, sí debió atropellarse menos, razón por la cual sus deseos se perdieron en la insustancialidad y la fruslería, salvo algún dibujo suelto.
Babelia
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